Una madre vende pastelitos para criar a su hijo con autismo y luchar por su sueño de cantar

La historia de Daiana Celeste Gómez, vecina de Río Ceballos, refleja el esfuerzo cotidiano de miles de madres que luchan contra la adversidad. Con 35 años y un hijo de 14 con autismo, enfrenta enormes dificultades económicas, pero no se resigna: busca en el canto y en el arte una oportunidad para salir adelante.

“Desde muy chica me gustó la música. Iba a concursos de karaoke y hoy me presento con una banda. Sé que tengo fallas técnicas porque no pude pagar clases, pero nunca dejé de cantar”, contó en diálogo con Telediario Federal. Su mayor sueño, asegura, es poder subirse a un escenario grande y que su historia inspire a otros.

Una madre que la pelea todos los días

Benjamín, su hijo, asiste a la escuela Juana Manso, donde recién este año logró contar con apoyo de una enfermera para su cuidado diario. Sin embargo, Daiana reclama más docentes de apoyo y recursos para que los niños con discapacidad tengan una verdadera inclusión educativa.

“Mi hijo necesita mucho más acompañamiento. Él va a la escuela solo algunos días porque les cuesta mucho integrarlo en el aula. Pido que el Estado se fije y ayude a las escuelas para que haya más maestros que puedan enseñar a chicos con discapacidad”, señaló.

Entre el trabajo informal y los sueños

Para sostenerse, Daiana vende pastelitos en la calle y recurre a ropa de segunda mano. “Me cuesta tener el plato de comida y comprar los pañales. A veces me agarra ansiedad y siento que no puedo, pero sigo luchando por mi hijo. Él es mi motor”, confiesa.

En medio de la falta de recursos, el arte se volvió un refugio. Canta en bares y escenarios pequeños, y en ocasiones pudo compartir su historia en festivales locales. “Quiero que mi hijo me vea cumplir mi sueño, porque también lo hago por él”, remarcó.

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