Reforma laboral bajo tensión: aliados marcan límites y el debate entra en pausa
- Telediario Digital
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La avanzada del Gobierno con la reforma laboral y el Presupuesto encendió señales de alarma incluso entre aliados clave. Según el analista político Daniel Montoya, el oficialismo quedó atrapado entre la lógica del conflicto y la necesidad de gobernabilidad.
La reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional abrió un frente inesperado: el malestar de aliados que, hasta ahora, venían acompañando la agenda oficial. El freno al tratamiento del Presupuesto y la advertencia de límites políticos marcaron un punto de inflexión en el Congreso.
En diálogo con Hora a Hora, el analista político Daniel Montoya advirtió que el oficialismo enfrenta una contradicción central.
“El capital político del Gobierno está en el conflicto permanente. Ahí crece, ahí se fortalece, pero gobernar exige otra lógica”, señaló, al analizar el giro discursivo de Patricia Bullrich hacia una postura más moderada y abierta al diálogo.

Montoya explicó que el Ejecutivo combina arrebatos con cálculo político. “Presentan proyectos como leyes ómnibus, cargados de temas sensibles, para provocar reacción y volver a pararse frente a la bandera de la ‘casta’”, sostuvo. Sin embargo, esa estrategia empezó a mostrar límites cuando el ruido dejó de venir solo de la oposición.
El dato político clave es que las advertencias llegaron desde gobernadores y espacios considerados afines. Mandatarios provinciales de distritos estratégicos plantearon frenos y condiciones, especialmente frente a la falta de Presupuesto, una herramienta básica para ordenar la economía y dar previsibilidad a provincias y municipios.
Desde una mirada federal, el escenario genera incertidumbre. Sin Presupuesto aprobado, las provincias quedan atadas a decisiones discrecionales del Ejecutivo nacional, con impacto directo en obras públicas, transferencias y economías regionales.
Para muchos gobernadores, acompañar reformas estructurales sin esa garantía implica asumir costos políticos y financieros difíciles de sostener.
Hacia adelante, Montoya anticipó un escenario abierto. “El Gobierno estabilizó la economía y bajó la inflación, pero ahora necesita mostrar crecimiento. Si eso no aparece y el conflicto se vuelve permanente, el vacío político se empieza a llenar”, advirtió. En ese juego, el 2027 comienza a asomar antes de lo previsto.

