Quedó libre Brenda Barattini, la arquitecta que mutiló los genitales a su amante
- Telediario Digital
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La joven arquitecta, condenada a nueve años por cortar los genitales de su amante en 2019, consiguió la prisión domiciliaria con tobillera electrónica. El fallo reaviva la discusión sobre salud, perspectiva de género y criterios de excarcelación.

La justicia cordobesa volvió a poner sobre la mesa un caso que marcó a fuego la crónica policial del país. Brenda Barattini, la arquitecta condenada por mutilar los genitales de su amante en 2019, obtuvo este jueves la libertad condicional tras casi seis años de encierro.
El episodio ocurrió la madrugada del 19 de julio de 2019, en un departamento del barrio Alberdi. Barattini, por entonces de 29 años, atacó con una tijera de podar a su amante de 32 años luego de descubrir mensajes que interpretó como una infidelidad. El hombre quedó al borde de la muerte y fue trasladado de urgencia al Hospital de Urgencias, donde lograron salvarle la vida.

En 2023, un juicio oral que se extendió durante meses terminó con una condena a 9 años de prisión por lesiones gravísimas agravadas, en un proceso cargado de tensión.
La fiscalía había pedido 12 años, mientras que la defensa argumentó un cuadro de inestabilidad emocional y “legítima defensa pasional”, lo que avivó aún más la polémica.
Durante su reclusión en la Unidad de Ejecución Penal 31, Barattini cumplió tratamientos psicológicos y programas de reinserción. Esa conducta, sumada a informes médicos, pesó en la decisión del Tribunal de Apelaciones, que ordenó prisión domiciliaria con tobillera, amparándose en el artículo 10 del Código Penal.

La medida generó reacciones divididas. Para algunos sectores, reactiva el debate sobre los criterios de libertad en delitos violentos; para otros, expone una vez más la falta de claridad en cómo se aplican la salud mental y la perspectiva de género en la justicia penal argentina.
Barattini deberá presentarse periódicamente ante el tribunal y continuar con controles médicos y psicológicos. La causa formal no se cierra: su evolución quedará sujeta al cumplimiento estricto de las condiciones impuestas, mientras el caso sigue siendo un símbolo de controversia pública.

