Monteoliva, la Exministra de De la Sota que reemplazará a Bullrich y toma el control de la seguridad federal
- Telediario Digital
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El Presidente designó a Alejandra Monteoliva para reemplazar a Patricia Bullrich desde el 10 de diciembre. Técnica en políticas públicas, con pasado en el gabinete de José Manuel de la Sota, su nombre quedó marcado por la crisis del acuartelamiento policial que desató saqueos en Córdoba. Su llegada al Gobierno reactiva debates sobre conducción civil, federalismo y sistemas de seguridad.

Alejandra Monteoliva será la nueva ministra de Seguridad de la Nación en reemplazo de Patricia Bullrich, quien asumirá una banca en el Senado. La funcionaria, que ya integraba el gabinete como secretaria de Seguridad, desembarca en uno de los ministerios más sensibles del Ejecutivo y lo hace con una trayectoria que combina formación académica, experiencia internacional y un episodio clave de la historia reciente: su rol durante el acuartelamiento policial de Córdoba en 2013.
Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba y Magíster en Gestión del Desarrollo por la Universidad de los Andes (Colombia), Monteoliva desarrolló buena parte de su carrera fuera de la política partidaria. De perfil técnico, trabajó como investigadora, docente y consultora para organismos multilaterales, gobiernos latinoamericanos y empresas del sector minero-energético.
También dirigió el Observatorio del Delito y la Violencia y coordinó equipos de planificación estratégica.
Su salto a la política provincial llegó en septiembre de 2013, cuando José Manuel de la Sota la nombró ministra de Seguridad, convirtiéndola en la primera civil joven y académica en ocupar el cargo. Apodada “la colombiana” por su paso profesional en ese país, asumió tras la renuncia de Alejo Paredes y fue presentada como parte de un giro hacia la modernización de la gestión. Sin embargo, dos meses después estalló la crisis: el acuartelamiento de la Policía provincial derivó en una noche de caos, saqueos y desprotección en la capital cordobesa. Con De la Sota fuera del país y sin autorización presidencial para desplegar Gendarmería, Monteoliva quedó al frente de la conducción política en el momento más delicado.
Esa experiencia, que marcó a Córdoba y abrió un debate nacional sobre protocolos de crisis, conducción civil y capacidad de anticipación, vuelve hoy a escena en un contexto donde la seguridad atraviesa tensiones crecientes entre Nación y provincias. Su llegada al Ministerio implica, según el propio Gobierno, “continuidad del rumbo” de Bullrich. Pero también supone una figura que conoce de primera mano los desafíos de coordinar fuerzas, gestionar contextos críticos y enfrentar las limitaciones del federalismo argentino en materia de seguridad.

Con experiencia en articulación territorial, planificación de operaciones y manejo de zonas conflictivas, Monteoliva deberá administrar una política que toca intereses provinciales, estructuras policiales diversas y sistemas judiciales con grandes diferencias. En paralelo, su designación reactiva la discusión sobre el rol del Estado nacional en la lucha contra el narcotráfico, la intervención en crisis locales y las responsabilidades políticas cuando fallan los dispositivos de prevención.
El próximo 10 de diciembre asumirá formalmente. Lo hará con el respaldo explícito de Bullrich y con un historial que combina gestión técnica, exposición en crisis y una fuerte impronta de planificación. Su incorporación promete impacto político y abre un escenario donde la seguridad volverá a ser un campo de disputa entre Nación, provincias y fuerzas políticas.

