La deuda social del empleo: más informalidad, más precariedad
- Telediario Digital

- 1 oct
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Guillermo Geremia dejó de lado los vaivenes financieros que suelen dominar la agenda diaria para poner el foco en un tema que atraviesa la vida cotidiana de los argentinos: el deterioro del empleo.
“Si hablamos todos los días del dólar y no del trabajo, algo no está bien”, planteó el columnista al abrir su análisis.
Geremia citó un reciente informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que viene siguiendo la evolución del mercado laboral desde hace 15 años. El estudio muestra que el empleo pleno de derechos —es decir, registrado y con todas las garantías que marca la ley— cayó del 44% al 39% en la última década y media.
La contracara es el crecimiento del empleo informal, el subempleo y la desocupación: un 23% de los trabajadores está en condiciones precarias y un 8% directamente desempleado.
Geremia subrayó que la brecha entre distintos sectores sociales se redujo, pero no por una mejora en los más bajos, sino porque se produjo un emparejamiento hacia abajo. “La desigualdad se redujo, pero porque ahora todos tienen peores condiciones de empleo. Eso no es una buena señal”, remarcó.

El periodista explicó que el golpe más fuerte al mercado laboral lo provocó la crisis económica y sanitaria del COVID-19, cuya recuperación fue desigual y fragmentada. A esto se sumaron las políticas recientes de ajuste y reducción del Estado, que profundizaron la precariedad laboral en lugar de revertirla.
“El Estado siempre fue un gran equilibrador social en materia de empleo. Con la motosierra, ese rol desaparece”, señaló.
El deterioro se traduce en la vida cotidiana: trabajos mal pagos, salarios que no alcanzan y la necesidad de sumar dos o tres empleos para llegar a fin de mes. “¿Cuánto puede rendir alguien que va de un trabajo a otro y hasta un tercero para poder cubrir sus gastos?”, se preguntó.
Geremia cerró con una advertencia: mientras la política y los medios siguen pendientes de las reservas del Banco Central y la cotización del dólar, el debate central debería estar en la economía real y el mundo productivo. Y cuestionó la idea de una reforma laboral que, lejos de resolver la crisis, podría profundizarla. “Querer solucionar un problema con otro mayor”, concluyó.




