El vino y la yerba en rojo: el semáforo del campo prende las luces de alerta
- Telediario Digital
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Un nuevo relevamiento de Coninagro muestra que cinco economías regionales atraviesan una crisis profunda, entre ellas la vitivinicultura y la yerba mate. Altos costos, baja demanda y falta de políticas agropecuarias agravan el escenario.

Radiografía de las economías regionales
El último semáforo productivo de Coninagro volvió a pintar un panorama preocupante para buena parte del campo argentino. De acuerdo con el informe correspondiente a agosto, cinco actividades quedaron en rojo, ocho en amarillo y solo seis lograron sostenerse en verde.
Las más complicadas son yerba, arroz, papa, vino y hortalizas, todas golpeadas por una combinación de altos costos en dólares, baja demanda interna y presión impositiva. “Sembramos dólares y cosechamos pesos”, resumió Mario Raiteri, vicepresidente de la Federación de Productores de Papa.
Costos altos y salarios bajos: el cóctel que asfixia
Raiteri explicó que el principal problema es la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, que impide trasladar los costos al precio final. “Son producciones que van casi todas al mercado interno, donde los salarios están deprimidos. Cuando la oferta es buena y la gente no compra, los precios caen”, advirtió.
El dirigente también señaló que la carga tributaria continúa siendo una de las más pesadas de la región:
“El 80 % de los impuestos son nacionales, el 17 % provinciales y el 3 % municipales. Producir así se vuelve una carrera cuesta arriba”.

Las que resisten en verde
En el otro extremo, el informe ubica con luz verde a las cuatro carnes (bovina, porcina, ovina y aviar), además de los granos y las peras y manzanas, actividades que se beneficiaron de la suba del dólar y la mejora en la competitividad exportadora.
La lechería, en cambio, se mantiene en amarillo: “Cuando sube el valor del maíz, se encarecen los costos y el margen se achica. No está mal, pero no alcanza a ser todo lo buena que debería”, explicó Raiteri.
“Nos falta política agropecuaria”
Más allá de los datos duros, el informe vuelve a poner sobre la mesa una deuda estructural: la ausencia de una estrategia de desarrollo agropecuario. “Nos está faltando política agropecuaria. Seguimos siendo los que producimos la comida y los dólares, pero sin reglas claras ni incentivos”, advirtió el dirigente.
Raiteri subrayó además el riesgo de que los pequeños y medianos productores sigan desapareciendo:
“El actor financiero se va cuando no le conviene. Nosotros seguimos. Por eso pedimos políticas que nos permitan garantizar la soberanía alimentaria y generar riqueza desde las provincias”.
Posibles escenarios
Con una economía inestable y una inflación persistente, el semáforo de Coninagro funciona como una alerta temprana sobre los desequilibrios productivos del país. Si no hay cambios en la presión fiscal ni en el poder de compra interno, más actividades podrían pasar del amarillo al rojo en los próximos meses