El deseo sexual bajo la lupa: las claves de la sexóloga Gimena Caballero
- Telediario Digital

- 22 sept
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Actualizado: 22 sept
La licenciada en Psicología y sexóloga Gimena Caballero visitó “A lo que vinimos” y abordó uno de los temas que más consultas genera en su consultorio: el deseo sexual. Entre mitos, verdades y condicionantes, planteó que el deseo es una construcción dinámica que requiere cuidado y estímulo a lo largo de toda la vida.

El deseo como construcción
“El deseo sexual no siempre surge de manera espontánea. Eso no significa que estemos fuera de la media o que tengamos un problema. Se trata de algo que debemos incentivar, como una plantita que hay que regar todos los días”, explicó Caballero.
En ese sentido, subrayó que el deseo es variable y está atravesado por factores tanto orgánicos como psicológicos. Desde cuestiones hormonales o el método anticonceptivo utilizado, hasta el estrés, la rutina y las preocupaciones cotidianas, todos pueden incidir en la disminución del interés sexual.
Etapas y cambios a lo largo de la vida
Para la especialista, no se vive el deseo de la misma manera a los 15 que a los 70 años. “Si lo cuidamos, el deseo no se termina. Lo importante es aprender a redescubrirlo en cada etapa de la vida”, señaló.

En la consulta, relató, muchas personas manifiestan falta de deseo en medio de agendas saturadas. “Cuando alguien me dice que no tiene ganas, le pregunto cómo es su día. Si entre trabajar, llevar a los hijos al colegio y atender múltiples responsabilidades no hay espacio para el encuentro, es lógico que el deseo no aparezca. Hay que buscar tiempo y priorizar la intimidad”, remarcó.
Caballero también desarmó la idea de que la frecuencia de las relaciones sexuales define una vida sexual saludable. “Hay mucha presión social con frases como ‘tres veces por semana’ o comparaciones con lo que dicen los amigos. Cada persona debe conectarse con su propio deseo y con aquello que le genera placer”, sostuvo.
La comunicación, afirmó, es clave para una vida sexual plena: “Preguntar, charlar, expresar qué nos gusta, qué ya no y qué nos gustaría probar. Muchas veces nos movemos por rutina y no por lo que realmente nos enciende”.
La sexóloga resaltó el valor de explorar los sentidos y sumar elementos que eviten la monotonía. “La piel es nuestro órgano más grande y está lleno de zonas erógenas. Gel con sabor, aceites con aromas, música, antifaces o juguetes eróticos son recursos que pueden enriquecer los encuentros”, detalló.
“La rutina mata el placer. Si no se generan espacios, el deseo se apaga. Pero siempre se puede trabajar para recuperarlo”, concluyó Caballero.




