En el primer carnaval de Río Cuarto se permitían por ley bailes durante 40 días

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Y las penas se van cantando… Historia de los carnavales en Río Cuarto – Primera parte

La avenida costanera será el escenario del regreso de los carnavales a Río Cuarto, a más de un siglo de sus inicios. El epicentro de murgas y comparsas recuperará la mística de una historia con calles decoradas de fiesta que marcaron la memoria de varias generaciones.
La ciudad celebró sus primeras noches carnavaleras cinco años después de recibir las primeras noticias de la propuesta en Buenos Aires, en 1879, cuando centenares de porteños «arrojaban agua y bombitas de olor desde los balcones y azoteas», según señalaba el diario La Razón.
El 13 de febrero de 1884, durante la intendencia de don Mysés Irusta, se promulgó la ordenanza «sobre los bailes de máscaras i uso de disfráz (sic)»
En el artículo 1, inmediatamente comunicado a la población, se precisaba que «los bailes empezarán 30 días antes y terminarán 10 días después del domingo de carnaval».
El apartado número 3 añadía que «los empresarios de bailes de disfráz no permitirán la entrada a personas cuyos trajes sean indecorosos, como también discursos, cantos y danzas inmorales».
«Se prohíbe rigurosamente el uso de vestiduras sacerdotales de órdenes religiosas y de uniformes militares de la Nación», indicaba el artículo 4.
En el quinto se resaltaba que quedaba también prohibido «el uso de armas, aunque el traje que se lleve lo requiera, deteniéndose a todos los que concurran con disfraz ó sin el».
«La Intendencia percibirá por cada permiso para baile 3 pesos nacionales con sesenta centavos y por cada permiso de disfraz cincuenta centavos nacionales», expresaba el artículo 9.
En aquel año que sirvió como primer antecedente de los festejos, los disfrazados debían llevar en forma visible una tarjeta colgada ó prendida en el pecho que los identificara.
Una publicidad de la época publicada en el diario «La Voz de Río Cuarto», ofrecía: «En la tienda y almacén Ibérico, Plaza General Roca, se encuentran en estos días los elementos bélicos, surtido general de pomos, cranovrell y Bella Porteñas de las marcas más acreditadas del país; con que las señoritas, caballeros y el público en general pueden comprarlos, con seguridad de que son buenos y baratos».
Mientras el carnaval crecía a la par del comercio que generaba la actividad, en otra medida de prevención, la municipalidad advertía: «Queda prohibido el juego de carnaval con cáscaras, objetos ó líquidos perjudiciales».
En 1897, el intendente Alfredo Boasi ratificó la ordenanza de carnaval, aunque añadió que «la intendencia se pondrá de acuerdo con la Policía a fin de que se observe con toda severidad la norma»

Animadores

A finales de 1892, se creó la Sociedad Orfeónica Española, la banda musical de la Sociedad Española, encargada de animar los carnavales un año después.
Según señalan las crónicas de la época, «en las actuaciones instrumentales frente a la Casa municipal, sus integrantes lucían ataviados con vistosos trajes alusivos al festejo, a la vez que recibían toda la simpatia de la concurrencia»

Este martes, en el segundo informe: La historia de las comparsas «La Estudiantina» y «Los Atorrantes». Además, la aparición de las primeras carrozas.

Fuente: Omar Isaguirre, Archivo Histórico Municipal

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