Subas del 8,2% mensual en la carne vacuna, más del doble de la inflación de Noviembre
- Telediario Digital
- hace 5 horas
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Un informe de Rosgan advirtió que la carne vacuna registró en noviembre aumentos muy superiores a la inflación. La escasez estructural de hacienda, los cambios en la estacionalidad y la retención de animales explican el fenómeno, con fuerte impacto en el bolsillo y en las economías regionales.
La carne vacuna volvió a ubicarse en el centro de la escena inflacionaria. Según el informe de diciembre de Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario, noviembre dejó subas muy por encima del nivel general de precios, encendiendo alertas tanto por su impacto en la inflación como por el deterioro del consumo interno.

El dato clave llegó del INDEC: la inflación minorista de noviembre fue del 2,5%, pero los precios de la carne crecieron muy por encima. De acuerdo al relevamiento del IPCVA, el promedio de la carne vacuna aumentó 8,2% mensual y 72,8% interanual, más del doble de la inflación acumulada en el mismo período. Algunos cortes llegaron a registrar incrementos de hasta cuatro veces el índice general.
A diferencia de la carne vacuna, el pollo y el cerdo mostraron subas interanuales alineadas con la inflación, en torno al 32% y 33%. Este contraste refuerza la lectura de que el problema no está del lado del consumo sino de la oferta, en un contexto donde el poder adquisitivo muestra apenas una recuperación insuficiente para explicar semejantes aumentos.

El informe de Rosgan señala que el principal motor de las subas fue el encarecimiento de la hacienda en pie. En noviembre, el novillito liviano avanzó un 10% en el MAG, mientras que el precio en gancho subió 7,5%. El traslado a mostrador fue parcial, pero aun así significativo, con brechas que evidencian tensiones en toda la cadena cárnica.
En clave estructural, la escasez de hacienda aparece como un factor decisivo. El precio del ternero superó los $5.700 por kilo, con un aumento interanual del 86%. A esto se suman buenas condiciones forrajeras que favorecen la retención y alargan los ciclos productivos, orientando animales más pesados hacia la exportación y reduciendo la oferta de carne liviana para el mercado interno.
El impacto es claramente federal. Las provincias ganaderas sienten la presión sobre sus economías regionales, mientras que en los grandes centros urbanos el aumento se traduce en pérdida de acceso a un alimento central de la mesa argentina. Con este escenario, Rosgan advierte que la evolución de los precios seguirá condicionada en los próximos meses, en un contexto donde la carne vuelve a ser un termómetro social y político.



