Sequía, tucuras y cero ayuda: familias rurales al borde del colapso
- Telediario Digital
- hace 3 horas
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La sequía extrema y una invasión de tucuras devastaron los campos y dejaron a decenas de pequeños productores sin pasturas ni agua. Cáritas repartió forraje como auxilio inmediato, pero en los parajes advierten: “Los animales se mueren de hambre y el Estado no aparece”.
La crisis ambiental que golpea a los parajes rurales de la región alcanzó su punto más crítico. A meses de una sequía prolongada y con una plaga de tucuras que desde agosto devora todo a su paso, los productores ya hablan de un escenario límite: animales muriendo de hambre, aguadas secas y una ausencia casi total de apoyo estatal.
Cáritas de la Prelatura de Esquel entregó en los últimos días 250 fardos y 100 bolsas de pellets a unas 90 familias. El relieve fue recibido como un gesto vital en un territorio arrasado. Pero los testimonios son unánimes: el problema supera cualquier ayuda puntual y expone una realidad que se repite año tras año, sin políticas públicas que acompañen.

“Los animales caminan buscando alimento y caen de hambre. No hay nada directamente en el campo”, describió Irma Millanahuel, de Costa de Ñorquinco. Según explicó, las tucuras se mantuvieron durante agosto, septiembre y octubre en los cerros y ahora avanzan sobre chacras, casas y árboles frutales. A la falta de pasto se suma un riesgo mayor: “Los arroyos no se recuperaron. Se viene una crisis de agua para el verano”.
El impacto es devastador en Colonia Cushamen, donde la productora Norma Jaramillo relata una emergencia que ya se volvió estructural. “Las sequías y las tucuras no nos dan respiro. Los animales abandonan a sus crías y uno se queda criando guachitos, sacando deuda para la leche”, lamentó. Su frase más dura resume el sentimiento de toda la zona: “El Estado no nos da una mano. Estamos solos”.
Otro testimonio revela la precariedad extrema en la que sobreviven decenas de familias. Ante la falta de insumos, una productora debió improvisar tapando su pozo de agua con plásticos de viejos bolsones de lana: “El viento los rompe y las tucuras vuelven a caer al agua”. Un ejemplo que deja en evidencia cómo el abandono impacta de manera desigual en las economías regionales, donde cada peso invertido define la vida del ganado… y la supervivencia de las familias.
La entrega de Cáritas fue recibida como “una bendición”, pero también como un recordatorio de la soledad con la que los pequeños productores enfrentan crisis ambientales cada vez más intensas. Si las lluvias no llegan y no aparece un plan de emergencia serio, el verano podría dejar un daño irreversible en uno de los territorios más castigados del país.

