“¿Qué pasaría si el jubilado moría?”: los inquietantes mensajes que revelan la trama detrás del crimen de Alcira Gigena

El crimen de Omar Rivarola, un jubilado de Alcira Gigena asesinado en septiembre, sigue sumando elementos que refuerzan la hipótesis de una premeditación vinculada al interés por sus bienes. Los abogados querellantes de la familia de la víctima revelaron que meses antes del asesinato, los acusados habrían mantenido intercambios de mensajes con un abogado para averiguar qué pasaría con el patrimonio del hombre en caso de su fallecimiento.

De acuerdo con lo informado por el doctor Edgardo Pedernera, representante legal de la familia Rivarola, las pericias sobre los teléfonos celulares de los imputados —Ezequiel Chirino y Vanina Degiorgi, pareja y residente en la misma localidad— arrojaron mensajes de WhatsApp en los que ambos consultaban sobre la posibilidad de acceder a los bienes del jubilado.

“En esas conversaciones preguntaban, incluso, qué podían hacer si le hacían firmar un documento en blanco o si Omar moría. Querían saber a quién pasarían los bienes”, explicó Pedernera. Según detalló, los diálogos ocurrieron en julio de este año, es decir, tres meses antes del crimen, y fueron dirigidos a un abogado de la zona, quien respondió dentro del marco de la legalidad.

El abogado querellante señaló que los acusados “mostraban una inquietud particular” por el patrimonio de Rivarola, que constaba de una vivienda modesta y un vehículo usado, pero que había cobrado relevancia luego de que el hombre realizara una venta de electrodomésticos y un pequeño trabajo rural, operaciones de las que había obtenido dinero en efectivo.

Cómo planificaron el ataque

Los investigadores sostienen que el matrimonio, aprovechando la relación de confianza con el jubilado —Rivarola había sido pareja de la madre de Vanina Degiorgi—, planificó un robo que derivó en su muerte. La noche del 20 de septiembre, el hombre fue invitado por los acusados a una peña cercana a su casa. Según reconstruyó la causa, Rivarola regresó al domicilio acompañado por Vanina, mientras que Chirino se habría adelantado y esperado en el interior de la vivienda.

Las cámaras de seguridad y el análisis de los teléfonos de los imputados reforzaron esta hipótesis: varios mensajes fueron eliminados durante el horario en que se presume ocurrió el ataque, aunque algunos pudieron ser recuperados.

El fiscal de Instrucción Daniel Miralles ordenó la prisión preventiva de ambos acusados, imputados por “homicidio criminis causa”, una figura que contempla el asesinato cometido para ocultar otro delito, en este caso el robo.

“Fue un hecho calculado y con motivación económica. Omar fue asesinado por personas en las que confiaba profundamente”, afirmó Pedernera.

El juicio podría concretarse durante el próximo año, mientras la comunidad de Alcira Gigena aún intenta asimilar un caso que quebró la tranquilidad del pueblo y dejó al descubierto un crimen urdido con frialdad y codicia.