Probó más de 4.000 golosinas y las critica sin filtros: la historia detrás de la primera catadora del país

Empezó como un juego entre amigos y hoy es una referente en redes. Con honestidad brutal y espíritu crítico, analiza caramelos, chocolates y snacks sin casarse con ninguna marca.

Lo que comenzó como un pasatiempo se transformó en un oficio único: catar golosinas. Natalia, más conocida como “Naná”, probó más de cuatro mil productos y se convirtió en la primera crítica de golosinas de Argentina.

Graduada en Letras por la UBA y con alma curiosa, empezó escribiendo reseñas por diversión. Hoy combina su trabajo creativo en una agencia con su proyecto personal: un blog y una cuenta de Instagram donde analiza desde caramelos hasta galletitas, con fichas, texturas, sabor y packaging incluidos.

“Las marcas no siempre me quieren”, reconoce entre risas.

“Cuando escribo algo que tiene mucho alcance, a veces dejan de invitarme a eventos. Pero otras son muy generosas, me mandan productos y saben que siempre voy a decir lo que pienso”.

Su independencia es su sello. Se define más como crítica que como catadora, y valora tanto el sabor como la historia detrás de cada dulce.

“Anoto todo en un cuadernito, hago fichas y después paso todo a digital. Es casi una obsesión”, confiesa.

Además de su faceta crítica, también impulsa actividades solidarias y talleres creativos, muchas veces vinculados al mundo de los sabores y los colores.

“Me gusta pensar que las golosinas también pueden generar encuentros, alegría y recuerdos”, dice.

Aunque no suele comer tanto chocolate ni seguir la moda de los sabores picantes, tiene su debilidad: un caramelo que lleva tatuado en la piel. Porque detrás de cada crítica hay una historia, y la suya —dulce, ácida y sin filtros— ya es parte de la cultura pop argentina.