Pirotecnia: el ruido que no es fiesta para las mascotas

El médico veterinario Alejandro Elena explicó en Telediario cómo los ruidos extremos generan miedo, lesiones y hasta riesgo de muerte en animales, y detalló qué medidas tomar para reducir el estrés.

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Cada estallido no es solo un ruido. Es miedo, huida y desesperación. Así lo resume el comunicado de la Asociación Protectora de Animales Río Cuarto (APARK), que volvió a exigir el cumplimiento de la ordenanza vigente, controles efectivos y sanciones frente al uso de pirotecnia ilegal.

En diálogo con Telediario, el veterinario Alejandro Elena, especialista en comportamiento animal, fue contundente: perros y gatos perciben los sonidos de forma mucho más intensa que los humanos.

“Para muchos animales, los estruendos son una amenaza directa. No entienden qué pasa y reaccionan intentando escapar”, explicó.

Las consecuencias no son solo estrés o miedo. Elena advirtió que son frecuentes las lesiones por intentos de huida: animales que saltan rejas, rompen vidrios o se lastiman las patas al rasguñar puertas. En casos más graves, perros con patologías cardíacas o de edad avanzada pueden sufrir episodios fatales ante estímulos extremos.

“Las gotitas sedantes populares no siempre son la solución”, alertó.

Según explicó, algunas medicaciones inmovilizan al animal pero no reducen la percepción del ruido, lo que puede aumentar la ansiedad. Por eso, remarcó la importancia de consultar siempre con un veterinario antes de medicar.

Entre las recomendaciones clave, Elena señaló:

• Respetar la zona de seguridad del animal (el lugar donde habitualmente duerme o se siente tranquilo).

• Reducir estímulos externos: bajar persianas, cerrar ventanas y minimizar luces.

• Ofrecer estímulos positivos: juguetes interactivos, alfombras de olfato o comida de alto valor.

• Música con frecuencias relajantes para perros.

• Uso de feromonas en difusores y, en algunos casos, prendas de contención.

  

“Nada es mágico por sí solo. La clave es sumar estrategias”, sostuvo.

Aunque los perros son los más visibles en su sufrimiento, los gatos también padecen el estrés, muchas veces en silencio. El especialista remarcó que la solución de fondo sigue siendo colectiva: controles, cumplimiento de la normativa y empatía social.

Mientras tanto, la recomendación es clara: prepararse, informarse y acompañar a las mascotas. Porque para ellas, la pirotecnia no es festejo. Es miedo.