Los exportadores descartan una baja de retenciones en 2026 y exigen una definición urgente al Gobierno
- Telediario Digital
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La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales advirtieron que el Gobierno no aplicará una rebaja de retenciones en 2026 y reclamaron una señal política concreta. Advierten impacto en economías regionales y pérdida de competitividad si no se define un plan estable.
Los principales exportadores de granos del país anticiparon que el Gobierno no avanzará con una baja de retenciones en 2026 y reclamaron una hoja de ruta “clara y previsible” para el sector. La advertencia, que llega en medio de la discusión por el plan económico del próximo año, reaviva la tensión entre la agroindustria y la Casa Rosada.
Según planteó la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), el oficialismo no tendría previsto modificar el esquema impositivo que pesa sobre la exportación de soja, maíz, trigo y productos derivados.
“El Gobierno nos dijo que no habrá reducción de retenciones en 2026”
La definición contrasta con las expectativas que el propio Ejecutivo había alimentado meses atrás en mesas de diálogo con el campo.
El reclamo no se limita a la presión fiscal: los exportadores exigen una hoja de ruta que fije cuándo y cómo podría comenzar un proceso de reducción, señalando que la falta de horizonte desalienta inversiones y complica la planificación. En un país donde el agro explica más del 60% de las exportaciones, la indefinición golpea especialmente a las provincias productoras, desde Santa Fe y Córdoba hasta el NOA y el NEA. La queja es clara: los territorios que generan divisas siguen sin obtener señales de un esquema más equitativo.
El impacto federal es evidente. En economías regionales como maní, cítricos, arroz o legumbres, las retenciones achican márgenes y frenan la posibilidad de industrializar en origen, profundizando brechas históricas entre el interior y Buenos Aires. Productores del norte aseguran que sin un alivio tributario y un tipo de cambio competitivo, la reconversión tecnológica queda fuera de alcance.
“El país pide competitividad, pero no se puede producir con un esquema que castiga al interior”, advierten dirigentes provinciales.
La tensión vuelve a exponer una discusión estructural: Argentina sostiene desde hace décadas un sistema de derechos de exportación que funciona como un impuesto rápido para recaudar en el corto plazo, pero que erosiona la competitividad en el largo.
La falta de una señal del Gobierno abre interrogantes sobre el rumbo del modelo agroexportador y deja abierta la posibilidad de nuevas presiones políticas del sector. El campo, que ya anticipa un 2026 con precios internacionales volátiles, exige definiciones antes de que termine el año.
