Las puertas que volvieron a abrir: El Buen Pastor ya es un espacio de memoria para toda la ciudad
- Telediario Digital
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Tras años de lucha y trabajo colectivo, el histórico edificio volvió a abrir sus puertas en el Día de los Derechos Humanos. Será un museo de sitio, con actividades culturales, educativas y de promoción de derechos, para mantener viva la memoria de la ciudad.
Después de años de permanecer cerrado, el edificio de la ex cárcel del Buen Pastor volvió a abrir al público en el Día de los Derechos Humanos, resignificado como espacio de memoria, cultura y promoción de derechos. La reapertura marca un hito para la ciudad y para los organismos de derechos humanos que impulsaron el proyecto durante casi una década.

Joaquín Albornoz, presidente de la Asociación Civil La Huella, destacó que el logro fue posible tras “ocho años de lucha, investigación y trabajo colectivo”, que permitieron recuperar este predio de dominio público municipal.
“La idea es revalorizar no solo su historia vinculada a la dictadura, sino también su valor arquitectónico y artístico, que es único en la ciudad”, explicó.
El Buen Pastor tuvo múltiples usos a lo largo de más de 80 años: fue cárcel correccional de mujeres, asilo de menores, hogar de madres solteras y sede educativa. Durante la última dictadura cívico-militar, el edificio formó parte del circuito represivo de Córdoba y alojó a decenas de presas políticas, convirtiéndose en un espacio atravesado por el terrorismo de Estado.

Desde ahora, funcionará como museo de sitio, con recorridos guiados y actividades pedagógicas que aborden su historia y su significado en la memoria colectiva. Además, se proyecta que la antigua capilla se transforme en un espacio cultural con teatro, música y danza, y que se habiliten salas de estudio para estudiantes.
Juan Muzzonón, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Río Cuarto, remarcó que “las paredes hablan por sí solas” y que el edificio “va camino a ser un sitio de memoria con todas las letras”. Las banderas y símbolos presentes remiten a la memoria, la verdad y la justicia, pero también conectan con demandas actuales como tierra, techo y trabajo.
La reapertura del Buen Pastor no solo recupera un edificio histórico, sino que lo devuelve a la comunidad como un espacio vivo, abierto y en construcción, donde pasado y presente dialogan para que la memoria siga siendo parte activa del futuro de la ciudad.

