La ordenanza bajo la lupa: denuncian descontrol y criterios desiguales con la pirotecnia
- Telediario Digital
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Mientras crecen los reclamos vecinales por el uso de pirotecnia sonora, un comerciante de Río Cuarto advierte que los controles apuntan a unos y no a otros. Secuestros, habilitaciones cruzadas y una norma que, en la práctica, parece no cumplirse.
La discusión por la pirotecnia volvió a encenderse en Río Cuarto y dejó una pregunta incómoda sobre la mesa: ¿la ordenanza que prohíbe la pirotecnia sonora se cumple o quedó como letra muerta? Desde el inicio del mes, vecinos y vecinas multiplican las quejas por explosiones nocturnas, ventas visibles y una sensación generalizada de descontrol.

En ese contexto, Guillermo Pellegrini, propietario de un cotillón local, puso el foco en lo que define como una aplicación desigual de la normativa.
En diálogo con Telediario, aseguró que a su comercio le secuestraron velas para torta —consideradas artículos pirotécnicos— mientras que, en paralelo, la pirotecnia sonora se vende y utiliza sin controles visibles.
Pellegrini explicó que la ordenanza municipal es “abarcativa” y que, por desconocimiento o falta de criterio, termina afectando a rubros que no son el objetivo central de la prohibición.
“Nosotros acompañamos el no al uso de pirotecnia sonora, que es el espíritu de la norma, pero se termina castigando a comercios habilitados mientras lo que genera el daño sigue circulando”, sostuvo.
El comerciante detalló además las contradicciones entre áreas municipales: mientras Comercio e Industria habilitó la venta de determinados artículos, Medio Ambiente se opuso argumentando la presencia de pólvora, pese a que esos productos están regulados a nivel nacional. Incluso recordó que en diciembre de 2024 la Municipalidad secuestró mercadería que, al día de hoy, no fue devuelta.
La polémica vuelve a exponer un reclamo que se repite cada año: vecinos que piden controles reales para proteger a personas con sensibilidad auditiva, adultos mayores y animales, y comerciantes que exigen reglas claras y parejas. En el medio, una ordenanza vigente que, sin fiscalización efectiva, queda atrapada entre el papel y la realidad cotidiana.

