“Entre seis años de sueldo para construir una casa”: el informe que expone como es vivir en Rio Cuarto

Un informe de la Pastoral Social de la Diócesis de Río Cuarto expone con datos una realidad que se profundiza en todo el país: cada vez menos familias acceden a una vivienda y crece el alquiler permanente como única alternativa.

Durante años se repitió que “la casa propia está cada vez más lejos”, pero ahora un informe de la Pastoral Social de la Diócesis de Río Cuarto convirtió esa percepción en cifras duras. Según el documento, uno de cada cuatro riocuartenses alquila y el acceso a una vivienda deja de ser un proyecto para transformarse en una renuncia forzada por la economía.

El estudio cruza datos nacionales, provinciales y locales, y revela un patrón que se agudiza en Córdoba: apenas una fracción de los cordobeses es propietaria, mientras que en Río Cuarto el 30% alquila y otro porcentaje significativo vive en casas prestadas, mediadas o directamente precarias. La tendencia a la baja de propietarios se consolidó en la última década sin que surgieran políticas capaces de revertirla.

“Una persona con un salario normal necesitaría entre seis años completos de ingresos para construir una vivienda”, señaló el padre Edgar Cattana, integrante de la Pastoral Social de la Diócesis, en diálogo con Telediario Federal. A eso se suma un problema que atraviesa al país: hoy no existen planes nacionales de vivienda, ni crédito hipotecario accesible, ni programas estructurales de largo plazo. “Esto genera angustia en las familias. Alquilar se vuelve permanente porque no hay alternativas”, remarcó.

La Iglesia enfatiza que la falta de vivienda no es solo un dato económico, sino un componente directo de la pobreza estructural. El Papa Francisco lo definió como parte del trípode indispensable para la dignidad humana: “tierra, techo y trabajo”. En Río Cuarto, como en muchas ciudades del interior, esa carencia impacta en la conformación de familias, en la movilidad social y en la estabilidad emocional de miles de hogares.

El documento busca poner el tema en la agenda política. La Pastoral Social ya convocó en ocasiones anteriores a concejales, legisladores y candidatos para discutir problemáticas sensibles. Algunas derivaron en ordenanzas, pero otras quedaron en diagnósticos sin ejecución

“Invitamos a quienes gobiernan a que esto se transforme en políticas de Estado. No puede depender del esfuerzo aislado de las familias ni de promesas de campaña que después no se cumplen”, planteó Cattana.

Con un déficit habitacional creciente y salarios que no alcanzan para proyectar un hogar, la ciudad enfrenta una encrucijada que excede lo local. Mientras tanto, alquilar deja de ser una transición: en muchos casos, se convierte en un destino.