Entre cheques sin fondos y precios de miseria: la yerba mate en una crisis que quema
- Telediario Digital
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Actualizado: hace 2 días
Un acto dramático encendió las alarmas del sector yerbatero. Un productor misionero amenazó con prenderse fuego si un secadero no le abonaba lo que se le debía. La suma reclamada supera los 2,5 millones de pesos por yerba mate verde entregada en 2024.

En un video que circula en medios locales, Cuz —visiblemente angustiado— le explicó a las empleadas del secadero que ya no sabe cómo sostener el día a día: “Tengo a mi hijo enfermo, tengo que llevarlo al médico, no tengo un peso… Solo quiero que me paguen lo que logré con el sudor de mi trabajo.”
Según su sobrino, citado por un medio regional, el productor fue finalmente detenido sin oponer resistencia. Pero antes vivió episodios de humillación: “Una vez lo hicieron esperar de 14 a 20 horas, y al final le dieron cheques que después rebotaron por falta de fondos. Todas las veces que fue a cobrar pasó lo mismo: nunca pudo utilizarlos.”
Este caso no es aislado, sino parte de una cadena que se agravó tras la desregulación del mercado yerbatero en diciembre de 2023. Con el fin del laudo y la eliminación del precio mínimo del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), los productores quedaron expuestos a la especulación de secaderos e industriales. El precio de la hoja verde cayó por debajo del costo de producción, en un contexto marcado por insumos dolarizados, financiamiento escaso y altos costos logísticos.
Según asociaciones de colonos, producir un kilo de hoja verde cuesta alrededor de $350, pero los secaderos pagan entre $150 y $200. Así, muchos productores trabajan a pérdida, y unas 36.000 familias se ven afectadas.
La práctica de pagar con cheques diferidos —frecuentemente sin fondos o con demoras de hasta 120 días— se ha generalizado. Esto genera un ciclo de endeudamiento, pérdida de liquidez y un clima de desconfianza permanente en la cadena yerbatera.
En sus propias palabras, aún desafiante, Cuz lanzó su amenaza:
“Ahora yo tomé una decisión. Voy a salir preso de acá si tengo que salir, pero acá mirá, dos bidones de nafta, yo me voy a sentar acá y me voy a prender fuego acá dentro de esta oficina de ustedes... Pero de acá me van a sacar en cenizas dentro de una caja. Voy a quedar acá para recuerdo para ustedes, pero quiero mi plata.”
Contexto y preocupación
Este episodio pone de relieve una crisis estructural: sin herramientas regulatorias claras y sin mecanismos de defensa para los productores, el conflicto laboral y económico se profundiza. La indignación de Cuz encarna el hartazgo de muchos pequeños productores que sienten que su esfuerzo se esfuma sin respaldo institucional.
La urgencia de reinstaurar una estructura regulatoria mínima, mecanismos de pago transparentes —como el laudo obligatorio o precio mínimo— y canales de financiamiento es más evidente que nunca. El futuro del sector yerbatero, base de sostén de miles de familias en el NEA argentino, pende de decisiones que hoy resultan incómodas, pero necesarias.