El viento levantó un techo y lo dejó colgado de cables con corriente

Un violento episodio climático levantó casi por completo el techo de una vivienda en construcción. La estructura quedó suspendida sobre cables con tensión, hubo chispazos y explosiones, y fue necesario cortar calles durante horas para evitar una tragedia.

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Alrededor de las 22.30, cuando se desató una tormenta con ráfagas muy intensas, vecinos escucharon un estruendo que los alertó de inmediato. Al asomarse, vieron una escena impactante: el techo de una casa en construcción estaba levantado casi a 90 grados, sostenido apenas por los cables del tendido eléctrico y por la fuerza del viento.

Durante segundos críticos, la estructura permaneció colgada en el aire. Luego, los cables comenzaron a ceder, se cortaron, y se escuchó una explosión con chispazos. El techo terminó cayendo sobre la calle, con cables energizados desparramados en la calzada.

“Salimos enseguida por las dudas de que hubiera algún vecino pasando. Por suerte no había nadie”, relataron testigos. Al advertir que los cables estaban con corriente, se dio aviso urgente a los servicios de emergencia. En menos de 15 minutos llegaron los bomberos, que coordinaron con la policía el corte total de calles para evitar riesgos mayores.

El operativo se extendió hasta cerca de las 3.30 de la madrugada, mientras se trabajaba para asegurar la zona y reducir el peligro eléctrico.

Sin heridos, pero con daños

La vivienda no estaba habitada: se encontraba en construcción, con terminaciones pendientes, un factor que —según explicaron— pudo haber facilitado que el viento levantara la totalidad del techo. La obra tenía aproximadamente un mes de antigüedad.

Aunque no hubo personas heridas, el techo quedó tendido sobre la calle y todavía obstruye el tránsito, a la espera de personal especializado que pueda desarmar la estructura de forma segura.

Alerta por el clima

El episodio vuelve a poner en foco la violencia de las tormentas y los riesgos asociados a obras sin finalizar en contextos de vientos extremos. La rápida intervención evitó consecuencias mayores, pero el susto dejó una marca en el barrio.