El mar es de todos, ¿pero la playa no?: la discusión que sacude la temporada en Mar del Plata
- Telediario Digital
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Mientras el turismo crece y las reservas superan el 70%, se profundiza el debate por el avance de las carpas privadas y la reducción del acceso libre al mar en uno de los destinos más emblemáticos del país.
El verano 2025/2026 arrancó con fuerza en Mar del Plata, con buen clima, alta afluencia turística y reservas hoteleras que rondan el 73% para las fechas más buscadas. Sin embargo, junto con el movimiento turístico volvió a instalarse una vieja polémica: la escasez de playas públicas frente al avance de los balnearios privados.

Desde Playa Varese, uno de los puntos más icónicos de la ciudad, el cronista Francisco Giovanoni describió un inicio de temporada positivo en términos generales, con temperaturas en ascenso, teatros ya en cartel y una oferta amplia de alojamiento. Los precios de hospedaje registraron aumentos cercanos al 25% interanual, con opciones que buscan adaptarse a distintos bolsillos en un contexto económico ajustado.
Pero no todo es postal de verano. En sectores como Playa Grande, uno de los más concurridos y cotizados, la situación genera malestar: alrededor del 80% de la superficie está ocupada por carpas, dejando apenas un 20% de playa pública.
“Es una vergüenza realmente, no pasa en otros destinos”, advirtió Giovanoni al comparar la situación con playas de Brasil, donde el acceso libre es mayoritario.

El problema no es solo comercial. El avance del mar, la falta de obras de contención y la expansión del sector privado redujeron en los últimos años la superficie disponible de arena, especialmente en la zona sur, asociada a un público de mayor poder adquisitivo. En contraste, sectores como Punta Mogotes muestran un reparto más equilibrado entre espacios concesionados y áreas públicas.
La discusión excede lo turístico y abre un debate de fondo sobre el uso del espacio público, el modelo de ciudad y el derecho al acceso al mar. En plena temporada alta, cuando miles de familias eligen Mar del Plata para vacacionar, la pregunta vuelve a escena: ¿hasta dónde puede avanzar el negocio privado sin afectar un bien que históricamente fue de todos?

