Dos docentes Argentinos entre los 50 mejores del mundo en el “Nobel de la educación”
- Telediario Digital
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El Global Teacher Prize, considerado el “Nobel de la educación”, volvió a poner a la Argentina en el centro de la escena: una maestra rural del Chaco y un profesor de una escuela técnica de Buenos Aires fueron seleccionados entre los 50 mejores docentes del mundo. Historias de aula, solidaridad y educación con sentido.
La educación argentina volvió a destacarse en el escenario internacional. Dos docentes del país fueron seleccionados entre los 50 mejores del mundo en el Global Teacher Prize, el prestigioso premio que muchos definen como el “Nobel de la educación”. Se trata de Gloria Cisneros, maestra rural del Chaco, y Miguel Alejandro Rodríguez, profesor de Educación Técnica de la Escuela Técnica N°3 “María Sánchez de Thompson”, en la Ciudad de Buenos Aires.

El Global Teacher Prize es un reconocimiento internacional impulsado por la Fundación Varkey, con sede en Dubái, que busca visibilizar y premiar el impacto real de los docentes en sus comunidades. Cada año se presentan miles de historias de todo el mundo y, tras un proceso de evaluación nacional e internacional, se elige a los 50 educadores más destacados.
En diálogo con este medio, Miguel Rodríguez explicó que el proceso incluye formularios, entrevistas y una evaluación integral del trabajo docente.
“Valoran no solo el contenido académico, sino el impacto social de lo que hacemos en el aula”, señaló.
En su caso, uno de los ejes centrales es el Club de Ciencias, un espacio donde los estudiantes desarrollan proyectos tecnológicos con una mirada solidaria.
Lejos de la lógica tradicional, los proyectos no quedan solo como prototipos escolares. “La idea es que lo que construyen los chicos sirva para resolver una necesidad real”, contó Rodríguez. Entre las experiencias más significativas se encuentran dispositivos para potabilizar agua, detectores de microorganismos y soluciones tecnológicas destinadas a comunidades rurales del norte argentino.

Pero el aprendizaje no termina en el aula. Los estudiantes viajan a los territorios donde se implementan los proyectos y son ellos mismos quienes explican su funcionamiento a las comunidades. “Ahí los chicos se transforman en docentes y, sobre todo, en ciudadanos”, destacó el profesor. Una experiencia que, además de conocimientos técnicos, deja una huella humana profunda.

Ahora, la historia continúa. En enero se anunciarán los 10 finalistas del certamen y, en el marco del décimo aniversario del premio, los 50 docentes seleccionados fueron invitados a viajar a Dubái para participar de un evento internacional. Un nuevo capítulo para una educación que, una vez más, demuestra que desde las aulas argentinas también se puede cambiar el mundo.

