Doble femicidio en Córdoba: "El niño tendrá secuelas irreversibles de por vida”

Pablo Laurta asesinó a su expareja y a su exsuegra, se fugó con su hijo de 6 años y fue detenido horas más tarde en Entre Ríos, cuando intentaba cruzar la frontera. El niño quedó huérfano de madre y abuela, y con su padre detenido por el crimen.

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La ministra de Desarrollo Humano de la provincia, Liliana Montero, habló en Telediario sobre el impacto del hecho y detalló el rol del Estado en la contención del pequeño. “La situación es dramática para las dos mujeres asesinadas y, sin lugar a dudas, también para el niño, que tendrá secuelas irreversibles de por vida”, aseguró.

Montero remarcó que, más allá de lo que el menor haya presenciado, las marcas emocionales son imborrables:

“Hay circunstancias en la vida de un niño que dejan huellas permanentes. Eso no quiere decir que no pueda desarrollar su vida, pero sí que esas secuelas lo acompañarán siempre. Como cuando alguien pierde una pierna o un brazo: sigue viviendo, pero cada vez que lo ve recuerda el trauma. Con lo emocional pasa lo mismo”.

La ministra explicó que, por protocolo, la primera contención fue realizada en Entre Ríos, donde el niño fue rescatado, y que desde este lunes fue trasladado a Córdoba para continuar con la asistencia psicológica y social.

Posible tenencia y programas de acogimiento

Respecto al futuro inmediato del menor, Montero señaló que los equipos técnicos ya evalúan alternativas junto a la Justicia:

“Hoy lo más importante es garantizar que esté sano, contenido y rodeado de afecto. Mientras tanto, se valoran los vínculos con su familia extensa para definir si quedará al cuidado de su tía o en otra forma de acogimiento. No es una decisión que se toma de la noche a la mañana”.

La funcionaria recordó que Córdoba amplió este año su programa de familias de acogimiento, incorporando la modalidad de familias de urgencia: “Son hogares preparados para recibir temporalmente a niños en situaciones extremas como esta, intentando que se modifique lo menos posible su vida cotidiana y sus vínculos afectivos”.

Montero fue categórica al vincular la tragedia con el flagelo social más amplio:

“Esta es una de las consecuencias del femicidio. No sólo son asesinadas las mujeres, también sus hijos e hijas se convierten en víctimas directas. Crecen sin sus madres, marcados por la violencia. El Estado tiene la obligación de acompañarlos”.

La ministra destacó, además, el trabajo articulado con Entre Ríos y Santa Fe en el marco de la Región Centro: “La integración entre provincias no sólo es para lo económico. Gracias a ese trabajo conjunto, ayer pudimos actuar en sintonía fina para contener al niño y asegurar su traslado”.