¿Cuán cerca se está de un Estado palestino?

Por Pablo M. Wehbe | Pasaron dos años del salvaje atentado terrorista del 7 de Octubre de 2023 perpetrado desde Gaza en contra de granjas colectivas y pequeños poblados israelíes. 1219 muertos, cientos de heridos y 251 rehenes llevados a los túneles de Gaza, de los que a la fecha aún hay 48 en poder de Hamas (se presume que sólo 20 siguen con vida).

En estos dos años, la respuesta del Gobierno de coalición israelí -en el cual los partidos de extrema derecha religiosa tienen un virtual derecho de veto-, ha sido como mínimo desproporcionada y brutal. Hamas sabía esto; Hamas buscaba esto. Como bien dice una columna del Centro de Estudios español CIDOB, “El ataque que Hamás perpetró el 7 de octubre contra Israel tenía un triple objetivo: desmontar el mito de la invulnerabilidad del Estado israelí; volver a poner la cuestión palestina en la agenda política; y provocar una respuesta desproporcionada que indignara a la comunidad internacional.

Ante la magnitud de la represalia militar israelí, es imposible prever cómo y cuándo esta enésima guerra tendrá su desenlace (si es que llega).

Las propias características de este conflicto dificultan cualquier ejercicio de predicción. No se trata de una guerra convencional entre dos estados sino de un conflicto asimétrico entre un ejército y diversos grupos armados no estatales, que involucra a varios actores regionales y extrarregionales. Si bien es imposible prever lo que sucederá en las próximas semanas, este recrudecimiento del conflicto tiene al menos tres implicaciones claras para Israel y Palestina, la región y Occidente”.

Hamas logró varios de sus objetivos. Israel quedó en estos dos años casi aislado di-plomáticamente, con sólo el apoyo militante de los Estados Unidos de Trump; gran parte del mundo piden por un Estado palestino, con lo cual el tema volvió a la agenda global.

Pero, pese a estos “logros” de Hamas -que, debe recordarse, se cobraron ya más de 65.000 vidas de palestinos-, cabe preguntarse: ¿cuán lejos o cerca se está de un Estado palestino?

Y la respuesta es relativamente fácil de dar. Se está muy lejos de un Estado de acuerdo a la Convención de Montevideo de 1933, es decir, de un Estado tal cual se lo conoce en todo el mundo. La extrema derecha del Gabinete israelí ha forzado la continuidad de las edificaciones ilegales en territorio palestino, con el aditamento de la propuesta de la anexión total de esos territorios, que convertiría a los palestinos en extranjeros sin derechos civiles.

Tal vez el momento ideal para la creación del Estado palestino fue ese Diciembre del 2000, cuando la dupla Barak – Ben-Ami propuso a Arafat la devolución de Jerusalén oriental, el 92% de Cisjordania, todo Gaza y una autopista con autonomía palestina entre ambos territorios. Arafat lo rechazó, priorizando la interna con Hamas, y a sabiendas de que el movimiento islamista jamás aceptaría un acuerdo con Israel.

Desde 2001, todo se desbarrancó; el triunfo del halcón Sharon, la luz verde para las colonias en Cisjordania, la postura de ignorar sistemáticamente a la Autoridad Nacional Palestina y la deliberada selección de Hamas como “el enemigo a derrotar”, generaron un clima político que se fue profundizando con los años.

Hoy, en Israel la palabra “paz”, y la idea de dos Estados conviviendo pacíficamente uno al lado del otro, sólo concita el apoyo del 12% del electorado (y en disminución).

Mientras tanto, el sector palestino ha visto una degradación sistemática de la Autoridad Nacional surgida en Oslo, al tiempo que un crecimiento constante de los apoyos populares a Hamas. Esto, sumado a la inexistencia de una democracia palestina y la corrupción galopante de la Administración de Mahmud Abbas, tornan en muy difícil de predecir el futuro inmediato.

Lo que sí puede decirse es que, cuanto mucho, se podrá mantener una relativa autonomía en las ciudades administradas por los palestinos; en Gaza todo dependerá de que Israel acepte los términos de las propuestas de Trump, y que Hamas desista de la lucha armada. Queda claro que ambos extremos son recíprocamente excluyentes y de casi imposible cumplimiento.

Hoy, el único lugar en el que parece viable un Estado palestino independiente es el diplomático, junto con las columnas periodísticas occidentales. La realidad, nuevamente, asestó un cachetazo a sueños de varias generaciones de palestinos e israelíes amantes de la paz.

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(*) Pablo M. Wehbe es doctor en Derecho, especialista en relaciones internacionales. Además es profesor en la Universidad Nacional de Río Cuarto y en la de Villa María. En televisión, es columnista del programa “Argentina en Noticias” de Telediario Televisión