Crisis del consumo: las ventas cayeron 1,9% en agosto y golpean fuerte a los pequeños comercios

El consumo volvió a mostrar señales de debilidad en agosto, con una contracción de 1,9% respecto de julio. El retroceso mensual impactó con fuerza en los almacenes, kioscos y farmacias, sectores de cercanía que sienten de manera directa la pérdida del poder adquisitivo de los hogares.

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En diálogo con Telediario Federal, Juan Milito, referente del Centro Unión Almaceneros de Rosario, describió un panorama crítico para los comercios de barrio.

“La caída del consumo es catastrófica. Venimos con una recta descendente desde mayo y no sabemos dónde va a parar”, advirtió.

Según Milito, los incrementos recientes se observan en varios rubros: yogures con alzas de hasta 5%, fiambres y hamburguesas en torno al 6%, gaseosas y artículos de limpieza con aumentos del 4 al 5%.

“Todos los días hay sorpresas en las listas de precios, mientras las ventas se achican y los clientes reducen la calidad y cantidad de lo que compran”, señaló.

La tendencia también se refleja en el comportamiento de pago: crece el uso de tarjetas de crédito en compras básicas y se multiplican los pedidos de “fiado” a los comerciantes de barrio para llegar a fin de mes.

El dirigente de los almaceneros de Rosario explicó que los costos fijos —alquileres, energía eléctrica y transporte— agravan la situación. “Tenemos colegas que después de décadas tuvieron que cerrar, incluso negocios con más de diez empleados. No hablamos de grandes empresarios, sino de familias que vivían de su esfuerzo”, remarcó.

En la ciudad santafesina, algunos comercios históricos de la zona sur ya bajaron la persiana, mientras que en el centro se multiplican los traspasos de fondos de comercio a precios de liquidación.

Impacto macroeconómico y medidas oficiales

Para Milito, las recientes decisiones del Gobierno nacional, como la suspensión de retenciones a productos cárnicos y avícolas, podrían repercutir en los precios internos:

“La Sociedad Rural advierte que va a aumentar el valor de los alimentos balanceados, y eso impactará en carnes y derivados. Todo termina en el bolsillo del consumidor”.

Con salarios que corren por detrás de la inflación, el poder adquisitivo se sigue erosionando. “Los jubilados son quienes más sufren; llegan al almacén desahuciados, porque ni siquiera pueden cubrir lo esencial, como la leche”, lamentó.

La caída del consumo minorista pone en jaque a miles de comercios de cercanía en todo el país, que además son grandes generadores de empleo en las economías regionales. “Estamos resistiendo, pero cada vez más cerca de un quebranto generalizado”, concluyó Milito, graficando la encrucijada de un sector que refleja el ajuste de la microeconomía del bolsillo argentino.