¿Crecimiento o precarización? El salto del índice Rappi reabre el debate laboral en Argentina

El índice Rappi reveló que en noviembre 2025 la plataforma sumó un 39% más de repartidores respecto al mismo mes de 2024. Aunque crecieron los viajes y el ticket promedio, los ingresos reales cayeron frente a la inflación. El fenómeno, según el análisis de Guillermo Geremia, muestra el impacto de la pérdida de empleo formal en todo el país.

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El análisis del índice Rappi mostró un dato contundente: entre noviembre de 2024 y noviembre de 2025, la cantidad de repartidores de la plataforma creció un 39%, pasando de 31.105 a 43.048 personas. Sin embargo, el número no refleja prosperidad, sino una señal directa de la crisis del empleo formal y el avance de la precarización laboral en todo el país.

En su columna de análisis, Guillermo Geremia explicó que el fenómeno coincide con la pérdida de puestos registrados en la economía real.

“Son más y ganan menos”, sintetizó, al remarcar que el crecimiento del ticket promedio —un 21%— quedó por debajo de una inflación anual cercana al 30%, lo que implica una caída del poder adquisitivo para quienes viven de la aplicación.

Más viajes, más comercios pero menos ingresos

Según el informe, la cantidad de órdenes también subió un 30%, acompañando el aumento de repartidores. Pero la expansión no mejoró el rendimiento individual: a más trabajadores, menos viajes por persona y una menor comisión por operación. Para igualar lo que ganaban un año atrás, deben trabajar más horas y asumir más costos, desde el mantenimiento del vehículo hasta la seguridad personal.

Lo que sí creció por encima de todos los indicadores fue la incorporación de comercios a la plataforma, algo que —según Geremia— no se veía desde la llegada de Rappi al país. Esta migración masiva muestra, nuevamente, que la crisis empuja a los negocios a depender de intermediarios digitales para sostener ventas en un mercado deprimido.

Un fenómeno que golpea a las provincias

La mirada federal desnuda otra dimensión del problema. En provincias donde la industria y las economías regionales perdieron cientos de empleos formales en el último año, las plataformas funcionan como un refugio laboral sin derechos básicos. Desde Córdoba y Santa Fe hasta Tucumán y Mendoza, los repartidores crecen al ritmo de los despidos en fábricas, comercios y servicios.

Geremia trazó una comparación elocuente: Rappi ya tiene el doble de trabajadores que YPF y prácticamente la mitad del empleo total del grupo Techint, históricos empleadores de peso en la Argentina industrial. La plataforma también supera a empresas estatales como Trenes Argentinos y a gigantes privados como Mercado Libre.

Pero a diferencia de ellas, lo hace sin aportar empleo registrado ni estabilidad.

Si la caída del empleo formal continúa, el número de trabajadores informales seguirá aumentando y profundizando las desigualdades entre regiones.

De cara a 2026, el desafío político será discutir un marco normativo que proteja a los repartidores, que hoy sostienen un servicio esencial sin seguridad social, sin cobertura de riesgos y con ingresos que pierden contra la inflación. La pregunta es si habrá voluntad para enfrentar a empresas cuyo crecimiento no se traduce en trabajo digno.