Conflictos urbanos en aumento: Capacitan a agentes de tránsito en prevención y diálogo
- Telediario Digital
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La Defensoría del Pueblo y el área de Seguridad impulsan capacitaciones para agentes de tránsito y guardia local, con foco en la prevención de conflictos, el trato digno y la desescalada. El reclamo de fondo: más protección institucional y respuestas rápidas del Estado.
En un contexto de creciente conflictividad social y episodios de violencia en la vía pública, la Defensoría del Pueblo y el área de Seguridad municipal pusieron sobre la mesa un debate clave: cómo se prepara y protege a quienes salen todos los días a la calle a ordenar el tránsito y cuidar la convivencia.
Durante un encuentro público, el defensor del Pueblo Daniel Frangie explicó que la capacitación en habilidades no violentas se vuelve imprescindible ante un escenario global marcado por el aumento de los conflictos. “Detectar a tiempo, desescalar situaciones, practicar la escucha activa y el trato digno son herramientas concretas para abordar conflictos sin violencia”, señaló.
Frangi advirtió que no se trata solo de formar a los agentes, sino de un trabajo articulado entre Estado y comunidad. “Si lo dejamos en la responsabilidad individual, no va a prosperar. El Estado debe crear condiciones para que estos hechos no ocurran y para recuperar normas de convivencia”, afirmó, sin referirse a casos puntuales que están bajo investigación.
Desde la experiencia cotidiana en la calle, el subsecretario de Seguridad Rafael Filippa fue contundente: “Protección real, no tenemos. Salimos con chaleco balístico, pero enfrentamos situaciones complejas todos los días”. Detalló que, tras la implementación de la ordenanza que regula a los cuidacoches, se incrementaron las intervenciones y también los episodios de riesgo. “En poco tiempo se secuestraron más de 25 armas blancas. Esto habla del nivel de tensión con el que trabajamos”, indicó.
Filippa valoró las capacitaciones impulsadas junto a la mesa de seguridad ampliada, pero remarcó que el diálogo no alcanza si no hay respaldo institucional.
“Apelamos permanentemente a la convivencia: por música alta, conflictos en la vía pública, controles. Pero también necesitamos respuestas rápidas de la Justicia y reglas claras que no vuelvan gratuitos los delitos”, sostuvo.
El diagnóstico compartido apunta a un deterioro del tejido social, atravesado por discursos de odio y pérdida de límites. Frente a ese escenario, la Defensoría anticipó que trabaja en un plan integral de convivencia pacífica para 2026, que incluya formación, conciencia social y prácticas concretas para transformar los conflictos en oportunidades. El desafío, coinciden, no es eliminar los conflictos —algo imposible— sino decidir si se resuelven con violencia o a través del diálogo y normas comunes que vuelvan a ordenar la vida en comunidad.