Compraron una camioneta, tardaron más de un año en entregarla y en el primer viaje casi se funde
- Telediario Digital
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Son de San Luis y adquirieron el vehículo en una agencia de Río Cuarto. Denuncian demoras, fallas graves desde el primer uso y falta total de respuestas. La camioneta lleva meses parada y el conflicto ya está judicializado.
Una familia de San Luis denuncia una situación que combina demoras extremas, fallas mecánicas graves y un prolongado conflicto sin resolver con una agencia de Río Cuarto. Compraron una camioneta 0 km, esperaron más de un año para recibirla y, cuando finalmente la usaron por primera vez en un viaje familiar, el vehículo comenzó a presentar problemas que casi terminan en una tragedia.
Según relató Daniel Núñez, el vehículo fue adquirido mediante un plan, bajo la promesa de una entrega rápida.
“Nos dijeron que como mucho en noviembre la teníamos. Pasaron los meses, los reclamos y las excusas, pero la camioneta no aparecía”, contó.
Incluso, aseguró que desde la agencia le ofrecieron un auto sustituto que nunca llegó.
Tras reiterados reclamos presenciales y mensajes, la camioneta fue entregada recién el 27 de enero. Con ella emprendieron un viaje a Brasil por el cumpleaños de 15 de su hija. A pocos kilómetros comenzaron los problemas: vibraciones al frenar, fallas en el sistema y un comportamiento anormal que obligó a extremar cuidados en plena ruta.
“Pisabas el freno y la camioneta vibraba toda. Mandé videos y mensajes, pero me dijeron que desde acá no podían hacer nada”, explicó.
El denunciante sostuvo que no recibió asistencia técnica ni soluciones, ni siquiera orientación para continuar el viaje con seguridad. De regreso, inició una serie de reclamos formales que derivaron en una demanda judicial, iniciada hace siete meses. La única propuesta recibida fue la entrega de un nuevo plan y la cobertura de seis cuotas, oferta que rechazaron por considerarla insuficiente.
Actualmente, la camioneta permanece detenida desde hace casi nueve meses. “Está parada en casa, sin batería, con tela de araña. No la podemos usar y nadie se hace cargo”, afirmó Núñez. El caso vuelve a poner en discusión los derechos de los consumidores, los controles sobre las concesionarias y la respuesta —o la falta de ella— ante reclamos que involucran seguridad y salud.