Viven entre agresiones físicas y amenazas de muerte tras sufrir una usurpación en parte de su propiedad
- Telediario Digital

- 4 nov
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Una familia de La Gilda denuncia que fue agredida por un grupo que usurpó parte de su propiedad. En el ataque, Candela Flesia terminó inconsciente. “Nos amenazan con armas y nadie hace nada”, relató.

El paraje La Gilda, ubicado a pocos kilómetros de Río Cuarto, fue en otro tiempo un lugar poblado y activo, sostenido por la presencia del ferrocarril. Pero desde que el tren dejó de funcionar, muchas familias comenzaron a mudarse y el sitio quedó prácticamente deshabitado.
En ese escenario de abandono, las usurpaciones se multiplicaron y los conflictos entre vecinos se volvieron cada vez más violentos.
Entre los pocos habitantes que permanecen allí está la familia Flesia, que asegura vivir entre agresiones, amenazas y miedo. Rubén Flesia, nacido y criado en el lugar, contó que su hija y su yerno suelen visitarlo para llevarle comida y medicación, ya que él tiene problemas de vista y audición.
“Cada vez que van, hay problemas. El otro día le pegaron a mi hija Candela, la estropearon toda. No quiero que pase una desgracia”, expresó.
Candela relató que fue golpeada junto a su esposo y otros familiares, incluso frente a la policía. “Eran seis personas y después llegaron más en un auto. Me pegaron hasta dejarme inconsciente. También golpearon a los oficiales”, denunció.
El ataque ocurrió cuando fueron a almorzar con Rubén, como cada domingo.
“Llamé a la Policía Rural, que ya estaba en el pueblo, pero no les importó nada: siguieron pegando”, contó la joven.

Según su testimonio, uno de los agresores fue liberado pocas horas después. “Me dijeron que le pintaban los dedos y que me fuera de la comisaría porque él iba a salir”, relató entre el miedo y la impotencia.
La Gilda, convertida en un paraje casi fantasma desde el cierre del ferrocarril, vive hoy bajo un clima de violencia e impunidad.
“Vivimos con miedo de que algo peor pase”, dicen los pocos vecinos que todavía resisten allí.




