Villa María endurece controles: Accastello activa un régimen de “tolerancia cero” contra las hordas de motos

El intendente presentó en el Concejo un Régimen de Excepción Vial que triplica multas, habilita el secuestro inmediato de vehículos y permite cortar candados para incautarlos. También prevé quitar beneficios sociales y suspender licencias hasta por dos años a quienes integren “hordas” de cinco motos o más.

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Villa María decidió avanzar con uno de los planes más duros de la provincia para frenar el avance de las hordas de motos. El intendente Eduardo Accastello presentó en el Concejo Deliberante un Régimen de Excepción Vial que apunta directamente a los grupos que circulan en manada, generan caos en las calles y multiplican las quejas de los vecinos. El fenómeno, similar al que Río Cuarto padeció durante más de una década, creció de manera sostenida en los últimos meses.

El proyecto considera “horda” a todo grupo de cinco o más motocicletas o autos que actúen de manera coordinada y produzcan disturbios, miedo o riesgo en la vía pública. A partir de esa identificación, cada integrante será responsable no solo de su conducta, sino también del accionar del resto del grupo. Las sanciones previstas en el Código de Faltas municipal se triplican y pueden incluir multas elevadas, inhabilitaciones de hasta dos años y secuestro de vehículos.

La iniciativa incorpora medidas inéditas: los inspectores podrán cortar cadenas, candados o amarres para incautar motos trabadas o sujetadas a postes, y la fuerza pública quedará habilitada a intervenir de inmediato. Además, los automóviles con equipos de música potentes o no homologados recibirán el mismo tratamiento que los escapes libres: decomiso y destrucción, salvo que puedan ser adaptados para su donación a instituciones educativas.

El régimen también prevé un golpe directo a los incentivos económicos: quienes formen parte de una horda perderán beneficios sociales municipales, como ayudas alimentarias o subsidios, y los vehículos secuestrados que no sean regularizados irán a remate o compactación.

Todo apunta a cortar un circuito que “ha naturalizado la anarquía en la vía pública”.