Venado Tuerto aprobó una reforma que elimina tasas y reduce trámites: aseguran que “los recursos alcanzan” y que no afecta la recaudación

El intendente Leonel Chiarella impulsó una reforma que reduce o elimina más de 150 trámites, baja tasas para monotributistas, comercios, industrias y productores, y congela aumentos por encima de la inflación. Con seis años de superávit y obra pública sostenida, el modelo interpela al resto de los municipios argentinos.

En un escenario nacional marcado por la presión fiscal y el ajuste permanente, Venado Tuerto decidió avanzar en sentido contrario: reducir tasas, simplificar más de 150 trámites y eliminar sellados considerados “innecesarios”. La reforma, aprobada por unanimidad en el Concejo Municipal, fue presentada por el intendente Leonel Chiarella como un ejemplo de que “cuando no hay corrupción en el Estado, los recursos alcanzan”.

El jefe municipal explicó que la revisión integral llevada adelante durante casi un año permitió un reordenamiento profundo del esquema tributario local. “Lo que hicimos fue reducir y eliminar tasas municipales y sellados, y simplificar trámites”, dijo en diálogo con Telediario. La medida impacta especialmente en monotributistas —más de 5.000 contribuyentes—, quienes verán una reducción del 60% en lo que pagaban hasta ahora.

Para industrias y comercios, la habilitación se abarata hasta un 50%. También se introdujo una cláusula clave: la tasa general de inmuebles no podrá aumentar por encima de la inflación. En una ciudad con años de escalada inflacionaria, este cambio representa un alivio concreto para los vecinos. En el sector agropecuario, la tasa de red vial queda afectada exclusivamente a caminos rurales, impidiendo su desvío a rentas generales.

El intendente subrayó que la reforma fue posible gracias a seis años consecutivos de superávit.

“Siempre gastamos menos de lo que se recauda, pero sin ajustar servicios ni obra pública. Al contrario: hacemos una cuadra de pavimento cada cinco días”, remarcó.

Desde su mirada, el desafío es construir un Estado “más eficiente”, capaz de sostener obras y servicios sin aumentar la presión sobre la producción y el comercio.

La decisión interpela a otros municipios del país, especialmente en provincias donde los gobiernos locales dependen excesivamente de tasas, sellados y multas para sostener su financiamiento. En un contexto de economías regionales asfixiadas por impuestos y burocracia, la experiencia de Venado Tuerto instala la discusión sobre modelos alternativos de gestión: menos trámites, menos costos y más eficiencia.

De cara a 2025, la reforma podría generar repercusiones políticas en la región y presionar a otras localidades a revisar su estructura tributaria. La pregunta que deja flotando Chiarella es sencilla, pero incómoda: si los recursos alcanzan cuando se administran bien, ¿por qué en tantas ciudades del país no ocurre lo mismo?