Reforma laboral bajo tensión: sindicatos en alerta, empresarios a favor y un debate que sigue abierto
- Telediario Digital
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Mientras el Gobierno acelera el tratamiento de la reforma laboral, crecen las críticas sindicales y los reparos técnicos. El economista Miguel Bosch analizó los cambios en indemnizaciones, los nuevos fondos y los riesgos de un debate “exprés” con fuerte impacto en las provincias.
La reforma laboral vuelve a tensar la agenda política y económica del país. Con el oficialismo empujando un tratamiento rápido en el Congreso, sindicatos y sectores académicos advierten sobre un cambio profundo en las reglas del empleo, mientras el empresariado valora la previsibilidad que traen los nuevos esquemas de cese laboral. En el centro de la discusión están las indemnizaciones, los fondos de despido y el banco de horas.
En diálogo con este medio, el economista Miguel Bosch planteó que el debate está excesivamente concentrado en la indemnización tradicional, cuando en la práctica “la enorme mayoría de los trabajadores no se jubila siendo indemnizada”.
En ese sentido, señaló que el sistema actual genera costos inciertos para las empresas y termina afectando la calidad del empleo, sobre todo en las pequeñas y medianas.
Uno de los ejes más controvertidos es la creación de un fondo de cese laboral, similar al que rige en la construcción. Bosch consideró que la idea de un fondo no es negativa en sí misma, ya que permite previsibilidad y podría favorecer el blanqueo laboral, pero advirtió sobre el diseño propuesto:
“El riesgo es crear una gran caja administrada por el Estado, tentadora para cualquier gobierno futuro”.
El economista también cuestionó el banco de horas, al entender que ataca el esquema de horas extras y traslada riesgos cíclicos al trabajador. “Está pensado para casos particulares, pero se quiere aplicar a todo el universo laboral”, explicó, y alertó que podría impactar negativamente en la productividad y en la organización de la vida cotidiana de los empleados.
Desde una mirada federal, Bosch remarcó que los efectos no serán iguales en todo el país. Las grandes empresas tienen mayor margen para absorber cambios, pero las pymes del interior —que concentran buena parte del empleo privado— enfrentan un escenario más complejo. Allí, el empleo en negro sigue en niveles elevados y cualquier modificación del régimen laboral tiene consecuencias directas sobre economías regionales ya golpeadas.
El cierre del análisis deja una advertencia política: la reforma puede ayudar a ordenar costos y blanquear empleo, pero no garantiza la creación de nuevos puestos de trabajo.
“El empleo es una demanda derivada de la actividad económica”, sostuvo Bosch, y cuestionó que una reforma estructural se trate sin un debate profundo que involucre a universidades, provincias y actores sociales.