Pirotecnia sonora: crece el reclamo por falta de controles y exigen que se cumpla la ordenanza

Durante la noche de Nochebuena se registró un uso extendido de pirotecnia sonora en distintos barrios de la ciudad de Río Cuarto. Durante más de media hora se escucharon explosiones y se observaron efectos lumínicos, una situación que, según vecinos y organizaciones, se repitió no solo el 24 de diciembre sino también en los días posteriores.

El hecho volvió a generar fuertes repercusiones y reavivó el reclamo por la falta de controles. En ese marco, integrantes de la Asociación Protectora de Animales Río Cuarto (APARC), junto a vecinos y organizaciones vinculadas a la discapacidad, se concentraron frente al edificio municipal para entregar un petitorio y exigir que se haga cumplir la ordenanza vigente que prohíbe la pirotecnia sonora.

Desde APARC señalaron que el reclamo no se limita únicamente al impacto sobre los animales, sino también a las consecuencias que este tipo de ruidos genera en personas con autismo, adultos mayores y personas con distintas afecciones de salud.

“Necesitamos visibilizar esta cuestión. Hay muchas quejas detrás de las pantallas y creemos que es oportuno generar conciencia con nuestra presencia”, expresaron.

En el petitorio entregado a las autoridades municipales exigieron la aplicación inmediata y efectiva de la norma vigente, controles reales, continuos y visibles, canales de denuncia accesibles y operativos, y la prohibición total de la pirotecnia de estruendo. Además, plantearon la necesidad de actualizar la ordenanza para eliminar “zonas grises” y avanzar hacia una prohibición total, sin excepciones en eventos, canchas o celebraciones.

Las referentes de la organización remarcaron que consideran el uso de pirotecnia sonora como un problema de salud pública.

“Afecta tanto a los animales como a las personas. La municipalidad tiene que actuar. No sabemos por qué no se aplicaron los controles en Navidad, solo sabemos que no se aplicaron”, afirmaron.

Durante la cobertura también se recordó que, en la previa de las fiestas, funcionarios municipales habían señalado dificultades para hacer cumplir la ordenanza, especialmente en domicilios particulares, al no contar con órdenes judiciales para ingresar. Sin embargo, desde APARC y sectores críticos sostienen que la normativa es clara en cuanto a la prohibición de fabricar, almacenar, distribuir y utilizar pirotecnia, y que el problema radica en la falta de aplicación efectiva.

Otro de los puntos cuestionados fue la comercialización de pirotecnia, tanto en comercios físicos como a través de plataformas digitales y envíos por correo. Vecinos y organizaciones reclamaron mayor decisión política para frenar estas prácticas y avanzar en acciones concretas contra los canales de venta.

Tras un prolongado tiempo de espera y con presencia de la Guardia Local y la Policía, los manifestantes fueron finalmente recibidos por autoridades municipales para hacer entrega formal del petitorio.

Entre los testimonios, un vecino sostuvo que el incumplimiento de la ordenanza podría encuadrarse como incumplimiento de los deberes de funcionario público.

“En años anteriores la ordenanza se cumplía bastante bien y la pirotecnia había disminuido. Este año fue un desastre”, afirmó.

Una docente también dio su testimonio y remarcó el impacto en el ámbito educativo: “Trabajo en una escuela y tengo muchos chicos con autismo. Los ruidos intensos les generan un enorme malestar. Ahora hay una ordenanza y debe cumplirse”.

Los vecinos advirtieron que, si la situación se repite durante los festejos de fin de año, evalúan avanzar con acciones legales a partir de febrero, cuando se reactive la actividad judicial, por el incumplimiento de la normativa vigente.