Nueva conducción en la UCR: Jóvenes intendentes y dirigentes toman protagonismo
- Telediario Digital
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La Unión Cívica Radical definió su nueva conducción nacional con Leonel Chiarella como presidente y la riocuartense Piera Fernández como secretaria general. El partido apuesta a la renovación, al debate interno y a reconstruir un proyecto nacional con anclaje federal.
La Unión Cívica Radical oficializó su nueva conducción nacional en un contexto de fuerte debate interno y crisis de representación de los partidos tradicionales. El intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, de 36 años, fue elegido presidente del partido, mientras que la riocuartense Piera Fernández asumirá como secretaria general, marcando un recambio generacional poco frecuente en la historia del radicalismo.

Durante una entrevista, Fernández remarcó que no se trata de una “refundación”, sino de un mensaje político claro hacia dentro y fuera del partido.
“Somos un partido con más de 130 años de historia, pero atravesamos una crisis profunda de representación. Esta conducción busca mostrar renovación con institucionalidad”, sostuvo.
En ese marco, destacó el perfil de Chiarella como un dirigente joven con gestión territorial. “No es solo joven: demuestra que con trabajo y honestidad la política puede transformar la vida de los vecinos y no hablarse a sí misma todo el tiempo”, afirmó. También subrayó el significado de su propia designación, al señalar que se trata de una de las secretarias generales más jóvenes del partido y una de las primeras mujeres en ocupar ese cargo.

Fernández puso el foco en uno de los déficits históricos del radicalismo: la falta de un proyecto nacional. Recordó que el partido cuenta con más de 500 intendentes y cinco gobernadores en todo el país, pero advirtió que esa fortaleza territorial no siempre se traduce en peso político nacional.
“Tenemos un carácter fuertemente federal, pero nos falta un proyecto que nos permita volver a conducir los destinos del país”, señaló.
Desde una mirada crítica, la dirigente riocuartense marcó límites claros frente al escenario político actual. Afirmó que existe un consenso mayoritario en la UCR de no volver al kirchnerismo ni confluir con el proyecto de Javier Milei, al que cuestionó por “atentar contra la educación pública, la salud, la producción y el desarrollo”. En ese punto, reconoció las tensiones con algunos gobernadores radicales, pero insistió en que el proyecto nacional no puede quedar atado a necesidades coyunturales locales.
El desafío hacia adelante, sostuvo, es interpretar los principios históricos del radicalismo en el siglo XXI y volver a conectar con una sociedad, especialmente con los jóvenes, que hoy mira a la política con desconfianza. Con vistas a 2027, la nueva conducción no oculta su objetivo: construir una alternativa radical con identidad propia, vocación federal y ambición de poder.

