Narcisismo vs. Amor propio: la delgada línea entre la autoestima y el egocentrismo
- Telediario Digital

- 26 sept
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En “A lo que vinimos”, la psicóloga Gabriela Cantore (MP 9371) compartió una reflexión profunda sobre uno de los debates más actuales en redes sociales y en la vida cotidiana: ¿hasta dónde llega el amor propio y cuándo comienza el narcisismo?
Cantore señaló que “el autoconocimiento, la autoestima y la responsabilidad sobre las propias emociones son los pilares para construir vínculos respetuosos y empáticos con los demás”.
Según explicó, muchas veces se confunde el autocuidado con el egoísmo o con un narcisismo encubierto, cuando en realidad el verdadero amor propio “es la base para relacionarnos sanamente con nuestro entorno”.
Durante la charla, la especialista remarcó que el ejercicio de revisar qué nos pertenece y qué corresponde al otro es clave para no proyectar en los demás nuestras heridas y enojos.
“Cuando no gestionamos nuestras emociones, tendemos a atribuirle al otro aquello que en realidad es propio. Esto genera conflictos y estanca los vínculos”, indicó.
La psicóloga subrayó que el amor propio no implica desentenderse del prójimo, sino reconocer los propios límites y actuar con asertividad: “Saber hasta dónde puedo llegar, en qué temas puedo involucrarme y en cuáles no, es fundamental para ser solidario y para tener relaciones comunitarias más sanas”.

Soltar para avanzar: un acto de valentía
Otro de los ejes de la entrevista fue el concepto de “soltar para avanzar”. Cantore describió que, en ocasiones, los contextos o personas pueden actuar como “lastres” que frenan el crecimiento personal.
“A veces hay que dejar ir parejas, trabajos o incluso entornos familiares que nos resultan nocivos. No es una moda ni un capricho, sino una decisión vital vinculada a la salud mental y a la coherencia interna”, expresó.
La especialista explicó que, aunque exista miedo al vacío o a lo desconocido, identificar y soltar aquello que nos limita es un paso indispensable: “El eje de la salud mental es la coherencia. Si ya reconocemos que una situación nos lastima, es tiempo de retirarnos, aun sin saber exactamente qué vendrá después”.
Del impulso a la coherencia
Consultada sobre si es válido actuar de manera impulsiva, Cantore diferenció entre “impulso” y “valentía”: “El impulso emocional puede ser un motor inicial, pero la decisión de dejar ir debe estar sostenida en el autoconocimiento y en la responsabilidad con uno mismo. No se trata de cambiar por deporte, sino de actuar en sintonía con lo que realmente nos hace bien”.
Finalmente, la psicóloga remarcó que no se trata de cambiar a los demás, sino de asumir el propio proceso:
“La fuerza del deseo propio es superadora de cualquier otro matiz. No hace falta pelearse ni culpar. Se trata de reconocer que algo ya no va más, agradecer la experiencia y avanzar hacia nuevos horizontes”.




