Lucas Castro: “Quieren convertir al ente en una caja más del municipio”

Tras la renuncia de Juan Oses, la discusión por el manejo del EMOS se profundizó. El director opositor Lucas Castro denunció que se transfirieron 330 millones de pesos a rentas generales y advirtió que el ente pierde autonomía financiera mientras crece la deuda de grandes morosos y persisten los problemas de presión de agua en los barrios.

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La polémica por el financiamiento del Ente Municipal de Obras Sanitarias sumó un nuevo capítulo tras la salida de su titular, Juan Oses, y las acusaciones cruzadas dentro del propio Ejecutivo.

En diálogo con Telediario, el director opositor Lucas Castro cuestionó la decisión de transferir 330 millones de pesos desde el EMOS hacia las cuentas generales de la Municipalidad y alertó por la pérdida de autonomía de un organismo clave para garantizar el servicio de agua y saneamiento.

Según explicó Castro, el viernes ingresó al ente una nota firmada por el secretario de Economía, Pablo Antonetti, que ordenaba girar a rentas generales el “remanente” previsto luego de cubrir los costos de diciembre.

“Yo firmo en contra de esa resolución porque el ente fue creado en 2004 por ordenanza y la misma ordenanza dice que tiene autonomía en su régimen económico y financiero”, remarcó.

Para el opositor, pensar que un ente de servicio con 85.000 cuentas “puede tener excedentes ociosos es no conocer la realidad del EMOS”.

Castro vinculó directamente esta decisión con otras prioridades de la gestión. Señaló que esos recursos específicos del agua podrían terminar financiando gastos ajenos al ente, como “asientos vacíos de aerolíneas” o facturas de desarrollo de software de empresas que no son de la ciudad, que habrían facturado más de 650 millones de pesos en 2025.

Y planteó una pregunta incómoda en un contexto de fuertes aumentos de tasas: si hay excedentes producto del “impuestazo” y de una mejor gestión de la deuda, ¿no debería discutirse también si el servicio podría ser más barato para los contribuyentes?

El conflicto expone, además, una disputa de fondo por el control de la recaudación. Oses había denunciado que se “pisaban” los cobros a grandes contribuyentes en mora —por unos 12.000 millones de pesos— mientras se presionaba sobre usuarios que se atrasaban un mes en el pago. Castro confirmó que existe un lote de deuda en manos de la Policía Tributaria y la Fiscalía, y que el directorio del EMOS quería gestionar parte de esos montos desde el propio ente.

Pero, según dijo, esa es “una decisión política” del intendente y del secretario de Economía: no es lo mismo ir a buscar la deuda de un barrio periférico que la de grandes superficies o barrios residenciales de alto poder adquisitivo.

Desde la conducción municipal y el gremio de Obras Sanitarias relativizaron el impacto de la transferencia, bajo el argumento de que “la municipalidad es una sola”. Sin embargo, Castro advirtió que se crea un precedente peligroso: que todos los días se le puedan sacar recursos a un ente que paga alrededor de 300 millones de pesos mensuales solo en energía y que necesita invertir en nuevos pozos, en energía alternativa y en mantenimiento para evitar que, como ya ocurrió, vecinos de barrios como La Feria, Bimaco o Banda Norte se queden sin agua o con baja presión cada vez que sube la temperatura.

“No es una secretaría, el EMOS es un ente de servicio esencial”, subrayó.

Hacia adelante, la discusión no es solo jurídica —si corresponde modificar el régimen financiero sin pasar por el Concejo Deliberante— sino política: qué modelo de gestión de servicios públicos se quiere para el interior.

La oposición, junto al Sindicato de Trabajadores de Obras Sanitarias y el vocal obrero, ya anticipó que no permitirá que el ente pierda la autonomía consagrada por ordenanza.