Llaryora apuesta todo a la baja de impuestos, pero la oposición advierte otro escenario: qué está en juego
- Telediario Digital

- hace 3 días
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La Legislatura aprobó en primera lectura el proyecto oficial que proyecta superávit y promete una fuerte rebaja impositiva. El legislador Facundo Torres defendió el plan y aseguró que la provincia “deja de percibir 900 mil millones” para aliviar a las familias, pero persisten dudas sobre el impacto real en el interior y la alineación con la estrategia económica nacional.
La Legislatura de Córdoba aprobó en primera lectura el Presupuesto 2026, la ley impositiva y el Código Tributario, en una sesión que dejó al descubierto las tensiones sobre el rumbo económico provincial. Con 54 votos sobre 70, el oficialismo celebró un “respaldo claro” al esquema diseñado por el gobernador Martín Llaryora, que combina superávit proyectado, recortes impositivos y una expectativa de crecimiento nacional.
Facundo Torres, flamante jefe de bloque, sostuvo que la reducción fiscal constituye el corazón político del proyecto.
“El gobierno provincial deja de percibir 900.000 millones de pesos para aliviar el bolsillo de los cordobeses”, afirmó, calificando la medida como una señal “oportuna” en un contexto de dificultades económicas. Según el legislador, la iniciativa se apoya en la expectativa de crecimiento que plantea la Nación y en la necesidad de acompañar a las familias y a los sectores productivos.

Sin embargo, el contraste entre municipios volvió a exponer diferencias estructurales. Capital y Villa María anunciaron rebajas impositivas, mientras que Río Cuarto —segunda ciudad de la provincia y capital alterna— no replicó la medida. Torres evitó confrontar, pero reconoció que cada localidad enfrenta realidades fiscales distintas:
“Río Cuarto tiene muchísima demanda y compromisos previos; desconozco en detalle su presupuesto, pero seguramente responde a esas obligaciones”. La respuesta reabrió el debate sobre la equidad tributaria y las asimetrías que arrastran las ciudades del interior profundo.
El contexto federal agrega una capa adicional. Torres admitió que el presupuesto provincial se apoya en la “confianza” hacia las proyecciones macroeconómicas del gobierno nacional.
“La sociedad cordobesa decidió darle un voto de confianza al modelo de Milei”, sostuvo, un argumento que no deja de ser polémico si se considera la tensión entre Nación y provincias por fondos, obras y recursos coparticipables.
Para el interior productivo, la apuesta por un crecimiento futuro puede convertirse en un riesgo si la recuperación no llega en los tiempos previstos.
Aun así, el oficialismo asegura que las obligaciones estructurales —obra pública, programas sociales, infraestructura crítica— están garantizadas. Torres mencionó como ejemplo la obra de la circunvalación en el sur provincial, un proyecto clave para el corredor productivo de Río Cuarto. El presupuesto, afirma, permitirá sostener ese esquema, aunque el margen fiscal dependerá de que el crecimiento nacional se materialice.
De cara a la segunda lectura, el escenario promete más debate. La oposición ya anticipó cuestionamientos a lo que considera una “rebaja impositiva engañosa”, mientras intendentes del interior esperan precisiones sobre fondos y obras. El 2026 se perfila como un año donde Córdoba deberá demostrar si su estructura fiscal es realmente sostenible o si el superávit depende de variables que la provincia no controla.




