Golpe al bolsillo: La carne aumentó más de 30% en un mes y cae la venta en toda la región
- Telediario Digital

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En los últimos 30 días, la carne vacuna aumentó entre 33% y 34% en distintas etapas. Carniceros del interior advierten por una caída de ventas cercana al 20% y temen nuevos incrementos de cara a las Fiestas. El cerdo y el pollo ganan terreno por precio.
La escalada en el precio de la carne volvió a golpear al bolsillo en el tramo final del año. En apenas un mes, el valor de los principales cortes aumentó entre 33% y 34%, según describen carniceros de la región, que ya sienten un impacto directo en el consumo. La suba, distribuida en tres o cuatro incrementos consecutivos, cambió los hábitos de compra y encendió alarmas en plena previa de las Fiestas, cuando históricamente la demanda se acelera.

Consultado sobre los motivos, uno de los comerciantes explicó que el incremento responde a un combo complejo: mayores exportaciones, menor disponibilidad interna y una caída del consumo local por el precio.
“Cuando exportan más cantidad, lógico que va a faltar y va a tener mayor valor. Pero acá adentro bajó el consumo porque el precio está tan alto… en los últimos días, el impacto fue muy fuerte”, resumió.
El retraimiento del consumo ya es evidente. El carnicero calculó que la venta de carne vacuna cayó “alrededor de un 20%”, cifra que en economías regionales se traduce en un golpe directo a pequeños comercios, frigoríficos y cadenas cortas de producción. Mientras tanto, el cerdo y el pollo se consolidan como alternativas más accesibles, empujando una sustitución que se acelera cada vez que la carne pega un salto. “El cerdo está mucho más barato, y también el pollo. La gente se va para esos productos”, añadió.

El problema, advierten, es que cuando los aumentos son fuertes los carniceros no pueden absorber nada. “Cuando el aumento es chico, lo podés absorber. Pero cuando es grande, lo tenés que trasladar sí o sí porque no te dan los márgenes”, explicó. En un mercado cada vez más tensionado, los pequeños comercios del interior se encuentran en una posición desventajosa frente a grandes cadenas que logran negociar volúmenes y precios más competitivos.
De cara a diciembre, el panorama no es alentador. Aunque esperan que no se repitan saltos bruscos, creen que habrá “otro toque de aumento” por la demanda estacional. En un contexto en el que las provincias ya tienen un consumo deprimido y los salarios vienen rezagados, cualquier suba adicional puede profundizar la crisis comercial.
El cierre del año encuentra al país con una brecha creciente entre el precio de los alimentos y el poder de compra, especialmente en ciudades del interior donde la carne es un componente cultural y económico clave. La pregunta que sobrevuela a comerciantes y consumidores es una sola: ¿hasta dónde puede seguir aumentando sin destruir definitivamente el mercado interno?




