"Fue una tortura de nuevo, volver a foja cero": Las palabras de una madre que tiene 3 hijos con autismo
- Telediario Digital
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Gaby López, madre de tres niños dentro del espectro autista, relató cómo los festejos de Navidad se transformaron en horas de angustia, crisis y problemas de salud. El testimonio se suma a otros reclamos y vuelve a poner en el centro la ausencia del Estado frente al uso de pirotecnia.

Una noche que fue “volver a foja cero”
La Navidad, que debería ser un momento de encuentro y calma, se convirtió en un verdadero tormento para varias familias. Así lo expresó Gaby López, madre de tres niños con autismo, quien se comunicó con el canal para contar lo que vivió durante la noche del 24 y la madrugada del 25.
Según su testimonio, pese a la existencia de una ordenanza que regula el uso de pirotecnia, este año “todo volvió para atrás”.
“Fue una tortura de nuevo, volver a foja cero”, aseguró, en sintonía con otros padres que denunciaron situaciones similares.

Crisis, miedo y contención extrema
Gaby explicó que, ante el primer estallido, sus hijos entran en crisis: corren, se desorientan y necesitan contención física permanente. “Los abrazás, te tirás al piso con ellos para poder contenerlos”, relató. La situación se agrava porque no hay anticipación posible: los estallidos se repiten durante horas y desde distintos puntos del barrio.
La familia intentó refugiarse en distintos lugares de la ciudad, pero la pirotecnia se escuchaba en todos lados. Cuando regresaron a su casa, ya de madrugada, los ruidos continuaron hasta cerca de las tres de la mañana.

Consecuencias que siguen al día siguiente
El impacto no terminó con los festejos. Uno de sus hijos, que padece problemas gastrointestinales crónicos, sufrió vómitos y malestares que continuaron durante el día siguiente. “La desorientación sigue, el malestar sigue”, explicó la madre, al describir cómo estas situaciones dejan secuelas que no siempre se ven.
También comparó el efecto con lo que ocurre en las mascotas: miedo extremo, desesperación y llanto. “Es lo mismo que les pasa a ellos”, sostuvo, y advirtió que estas reacciones ya provocaron accidentes en otras ocasiones.
El reclamo: menos discursos y más acción
Más allá de la concientización, Gaby fue contundente: “Ya no alcanza con apelar a la empatía”.
Para ella, el problema es la falta de controles y la ausencia de sanciones. “Es el gobierno y la justicia los que tienen que actuar”, afirmó.
El testimonio vuelve a poner en debate el incumplimiento de normativas vigentes y el impacto social que genera la pirotecnia, especialmente en personas con autismo, adultos mayores y animales. Una discusión que se repite cada año y que, para muchas familias, sigue sin respuestas concretas.

