¿Es factible la propuesta de Trump para Gaza y Palestina?

Por Pablo M. Wehbe | El Presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, presentó públicamente -junto al líder israelí, Benjamín Netanyahu- su Plan de Veinte Puntos para la Paz en Gaza, la Reconstrucción, el retiro militar y la Autodeterminación Palestina. Todo parecía venir bien; pero “pasaron cosas”.

En primer lugar, una hora antes de la promocionada reunión Trump-Netanyahu, el extremista Ministro de Finanzas de Israel, Belzalel Smotrich, publicó en la red social X lo que llamó “las seis líneas rojas que Israel no permitirá que se crucen en Gaza”. Dijo -entre otras cosas- que Israel “jamás se retirará de Gaza ni permitirá un Estado Palestino, porque será premiar a los terroristas”. Sin sonrojarse, aclaró que “Gaza y Judea y Samaria (Cisjordania), son territorios bíblicos israelíes y deben ser anexados”.

En segundo lugar, quien puede leer los Veinte Puntos de Trump, encontrará que por varias vías su propuesta es impracticable. ¿Por qué? Porque parte de la necesidad de que Hamas se desarme, acepte el diálogo y la convivencia en paz con Israel, y que en 72 horas devuelva los rehenes vivos y los cuerpos de los fallecidos. Quien conozca la historia de Hamas podrá concluir que es un contrasentido, pues este movimiento de base religiosa, sólidamente apoyado por Hermandad Musulmana de Egipto, parte de una sola premisa: el ocupante es Israel, pero de toda la Tierra Palestina. Es decir, Israel debe dejar de existir.

En tercer lugar, le impone a Israel amnistiar a militantes de Hamas que depongan las armas y acepten la paz, así como liberar a presos palestinos condenados a perpetuidad y a quienes hubieran resultado detenidos con posterioridad al 7 de Octubre de 2023. Como si esto no significara un golpe para los sentimientos de la mayoría política israelí, le exigen ir retirando las fuerzas militares de las zonas que hubieran sido “pacificadas”, al tiempo que establece que “Israel no anexionará ningún territorio palestino”.

Debe recordarse que los Ministros Ben-Gvir y Smotrich advirtieron ya a Netanyahu que si Israel se retira militarmente de Gaza, ellos abandonan el Gobierno, dejando en minoría a la coalición oficialista.

En cuarto lugar, establece una Autoridad Internacional de Administración y Reconstrucción presidida por Trump y gestionada por Tony Blair, que buscará mejorar la calidad de vida de los gazatíes…pese a haber dicho hace algunos meses que “Israel debería limpiar (sic) Gaza y expulsar a los palestinos”. Aquí también hay un problema, pues Smotrich dijo que “cuando la guerra acabe, Israel encarará un proyecto inmobiliario enorme en Gaza, con lo que se costearán los gastos del enfrentamiento”.

Y en quinto lugar, Trump habla de que, luego de un proceso de mejora en la convivencia, que deberá verse en cambios en planes de estudio y bibliografías en colegios (de Israel y Palestina), se buscará cumplir el sueño de la Autodeterminación Palestina hacia un Estado propio. Debe aclararse que todos los puntos de Trump excluyen la participación de la Autoridad Nacional Palestina, a la que le impone una “reestructuración”. En este punto, Netanyahu aguardó tan sólo una hora de terminada la conferencia conjunta con Trump para aclarar que “Israel no aceptará un Estado Palestino por la propia seguridad de su población”. Repitiendo palabras de Smotrich, sostuvo que un Estado Palestino sería un “premio al terrorismo”.

Ah, una nota llamativa; dentro de los Veinte Puntos hay uno dedicado al papel que la ONU deberá tener. Y es el de supervisar la mejora en las condiciones humanitarias garantizando la entrega de alimentos y medicamentos a la golpeada población gazatí.

Como puede verse, el plan de Trump se aparece como inconsulto, impuesto, vertical y poniéndolo como protagonista (¿tal vez por su obsesión del Nobel de la Paz?). Pero pese a que los Estados árabes adelantaron su apoyo, y la cadena CBS plantea que “Hamas estaría inclinándose a apoyarlo”, está claro que todos saben que Israel es quien rechazará varios de los puntos. Y, aunque el Plan de Trump no prevé sanciones para un eventual rechazo o incumplimiento por parte de Israel -pero sí de Hamas, habilitando más bombardeos de Netanyahu-, se presenta como extremadamente optimista, en un lugar y tiempo en donde, precisamente, el optimismo murió bajo los escombros de un lugar que alguna vez albergó sueños de libertad.

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(*) Pablo M. Wehbe es doctor en Derecho, especialista en relaciones internacionales. Además es profesor en la Universidad Nacional de Río Cuarto y en la de Villa María. En televisión, es columnista del programa “Argentina en Noticias” de Telediario Televisión