En Octubre Rosa, historias de vida que recuerdan la importancia de los controles a tiempo

María Eugenia y Adriana atravesaron el cáncer de mama y hoy comparten sus historias para invitar a otras mujeres a realizarse los controles a tiempo. Octubre, el mes de la sensibilización, las encuentra sanas, agradecidas y con un mensaje de esperanza.

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Octubre es el mes para recordar que la salud no puede esperar. En el marco de las campañas de concientización sobre el cáncer de mama, dos mujeres cordobesas, María Eugenia y Adriana, compartieron sus testimonios con la intención de inspirar a otras a no postergar sus chequeos.

“Me dejé estar”, confiesa María Eugenia, quien en 2022 recibió un diagnóstico que inicialmente no le pareció alarmante.

“Me habían dicho que tenía un nódulo de baja sospecha. Pensé que no era importante y que el año siguiente lo controlaría. Pero me olvidé… hasta que noté que algo no estaba bien”.

Ese “algo” resultó ser un cáncer avanzado. La demora, explica, fue producto de la desinformación y de la dificultad de acceso al estudio: “Me pedían que lo pagara porque la obra social no lo cubría, y creí que si no era obligatorio, no debía ser grave”.

Adriana, por su parte, también enfrentó el miedo a esa palabra que paraliza: “Cáncer”. Pero en su caso, los controles de rutina le permitieron detectarlo a tiempo.

“No sentía nada, no se palpaba. Fue gracias a la ecografía que lo encontraron encapsulado. Me operaron, hice rayos, y hoy sigo con tratamiento”, cuenta.

Ambas coinciden en un mensaje clave: la prevención salva vidas. “Una de cada ocho mujeres puede desarrollar cáncer de mama antes de los 80 años”, recordó el equipo médico que las acompañó.

En sus historias se mezcla el dolor, la fuerza y el amor de las familias que las sostuvieron durante todo el proceso.

“Ahora estamos bien, radiantes”, dicen entre risas.

Dos sobrevivientes que transformaron el miedo en acción y que hoy usan su experiencia para despertar conciencia. Porque el control anual puede hacer toda la diferencia.