El salario mínimo cae a su valor más bajo en tres décadas y queda congelado hasta agosto
- Telediario Digital
- hace 7 horas
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El Gobierno fijó por decreto el nuevo salario mínimo vital y móvil, sin negociación con sindicatos ni empresarios. La cifra, que regirá hasta agosto, representa el valor más bajo en tres décadas y deja a la Argentina última en el ranking regional medido en dólares. Gobernadores y economías provinciales advierten un impacto directo en consumo, empleo y obra pública.

El Gobierno nacional oficializó por decreto el nuevo salario mínimo vital y móvil, que pasará de 322.200 a 328.400 pesos desde noviembre y quedará congelado hasta agosto de 2026. La decisión se tomó sin acuerdo entre las partes y marca, según los registros históricos, el nivel más bajo del salario real en 30 años. “El salario mínimo... cayó a los niveles más bajos en los últimos 30 años”, se afirmó durante la exposición televisiva que reveló los datos.
La medida implica un aumento del 6% inmediato y una variación acumulada del 16% hasta mitad de año, muy por debajo de cualquier proyección inflacionaria. “No hubo negociación, no se aceptaron las partes”, señala la transcripción, confirmando que el decreto anula cualquier instancia de discusión salarial durante 2025.

El contraste regional expone aún más la caída: el salario mínimo argentino de diciembre, medido en dólares, es el más bajo del continente, solo por encima de Haití y Venezuela. Mientras México aplicó un aumento del 13% en un mes, Argentina mantendrá su piso salarial prácticamente inmóvil durante nueve meses. “Está en 200 dólares”, se indicó, lejos de Uruguay (601 dólares), Chile (500), Paraguay (400) y Perú (470).
El impacto federal es profundo. En provincias donde el salario mínimo funciona como referencia para empleos agrícolas, construcción, comercio, cooperativas y planes estatales, el congelamiento recorta ingresos reales y limita la demanda interna, base de la actividad en economías regionales. En territorios del norte y del sur, donde la informalidad supera el 40%, el SMVM opera como sostén simbólico y práctico de miles de trabajadores. Al caer, se desploma también la línea de referencia para litigios laborales, trámites administrativos y programas sociales.
La decisión del Gobierno abre un debate político inmediato: ¿es sostenible un “orden macroeconómico” construido sobre el deterioro del ingreso laboral? Tal como planteó el análisis televisivo, “¿de qué sirve tener una economía con variables bajo control si el costo lo pagan en sus bolsillos la mayoría de los argentinos?”. El escenario que se proyecta anticipa tensiones con gremios, gobernadores y sectores productivos que dependen del consumo interno para atravesar un año económico que todavía no da señales claras de recuperación.

