El Gobierno desreguló el mercado de la yerba mate y recortó controles del INYM
- Telediario Digital
- hace 7 horas
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El Gobierno derogó normas centrales del Instituto Nacional de la Yerba Mate y eliminó sanciones por calidad, higiene y procesos productivos. La medida reaviva la tensión entre desregulación, defensa del productor y protección del consumidor, con fuerte impacto en Misiones y Corrientes.
El mercado de la yerba mate atraviesa un giro profundo. A través de la Resolución 146/2025, publicada en el Boletín Oficial, el Gobierno avanzó con una fuerte desregulación dentro del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), dejando sin efecto normas históricas que establecían controles de calidad y sanciones a los incumplimientos en la elaboración del producto.
Entre los cambios más relevantes se destaca la derogación de la Resolución 15/2003, que fijaba penalidades por exceso de palo, presencia de contaminantes, fallas sanitarias, prácticas prohibidas en la cosecha y deficiencias en secanza, estacionamiento y control de humedad. Con esta decisión, esos estándares específicos dejaron de ser obligatorios para la yerba destinada al consumo.
La medida se enmarca en una reforma más amplia. Además de eliminar tres resoluciones clave, se modificó el régimen sancionatorio vinculado a las declaraciones juradas y se ratificó que el rol del INYM debe limitarse al control de calidad, la trazabilidad y la salubridad, sin intervenir en precios ni en la dinámica del mercado. Ese recorte de atribuciones ya había quedado plasmado en el Decreto 812/2025, que le quitó al organismo la facultad de fijar el valor de la materia prima que perciben los productores.
Hasta ahora, el marco vigente desde 2002 habilitaba al instituto a adoptar medidas para “facilitar el equilibrio entre la oferta y la demanda”. Con el nuevo esquema, el INYM queda impedido de dictar normas que influyan en precios, competencia u oferta, una definición que el Gobierno presenta como impulso a la libre iniciativa privada, pero que genera preocupación en las economías regionales.
El impacto federal no es menor. Misiones y Corrientes, donde se concentra casi la totalidad de la producción yerbatera, dependen de estos mecanismos para ordenar un mercado históricamente asimétrico. Productores pequeños y cooperativas advierten que, sin controles claros y sin herramientas de regulación, se profundiza la desigualdad frente a grandes molinos y cadenas comerciales.
El nuevo escenario abre interrogantes hacia adelante: ¿habrá más competencia real o mayor concentración? ¿quién garantiza la calidad del producto que llega a la mesa de los argentinos? Mientras el Gobierno apuesta a la desregulación, el debate político y productivo vuelve a instalarse en el corazón de una de las economías regionales más emblemáticas del país.