De Córdoba al mundo: el defensor de Talleres que cumplió su sueño con la celeste y blanca
- Telediario Digital
- hace 11 horas
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Santiago Fernández, surgido de Banda Norte y hoy en Talleres, fue subcampeón del Mundial Sub-20 en Chile. Su mamá, Paola Russo, repasó el camino: primeros años en Río Cuarto, salto a Córdoba, debut en primera y la emoción de verlo cantar el himno con Argentina.
Santiago Fernández vive un 2025 inolvidable. Formado en Banda Norte —donde empezó a los 4 años—, a los 15 se instaló en Córdoba para sumarse a Talleres. Este año firmó su primer contrato profesional (21 de enero) y debutó en primera (16 de febrero). También integró el plantel que ganó la Supercopa Internacional y sumó minutos en la Copa Libertadores.
Desde el living familiar, Paola Russo contó cómo se vivió la convocatoria al Mundial Sub-20 de Chile: primero llegaron los seguimientos, después las citaciones y, finalmente, el llamado definitivo. Hubo contratiempos —una roja en el estreno ante Cuba y un partido como lateral derecho ante Italia, fuera de su puesto natural de zaguero—, pero terminó jugando todo el segundo tiempo de la final.
La familia acompañó donde pudo. El papá, Alejandro “Negro” Fernández, futbolero de ley, y un clan que alternó viajes relámpago y reuniones frente a la TV.
La final, además, coincidió con el Día de la Madre, una postal que Paola atesora a pesar de la derrota: medalla al cuello y mezcla de orgullo y tristeza por lo cerca que estuvieron.
El camino no fue de un día para otro. Hubo decisiones tempranas (el pase a Talleres a los 14/15), pandemia en el medio, y un técnico que en una concentración previa no lo cedió por “ser necesario” para el club.
También llegaron premios impensados: ser sparring de la Selección Mayor y convivir un mes con un plantel mundialista, experiencia que —dice Paola— lo marcó para siempre.
En casa, confiesan que ver los partidos completos todavía cuesta por los nervios: “Santi es defensor; un error pesa el doble”.
Aun así, la fe está siempre: él se persigna antes de cada encuentro y vuelve a Río Cuarto cuando la agenda lo permite. El sueño ya empezó y la historia sigue en Talleres, con la celeste y blanca como norte.
“Él soñaba tener la celeste y blanca y cantar el himno”, dice Paola.