Crisis en el norte salteño: productores dejaron miles de kilos de tomates sin cosechar
- Telediario Digital
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Actualizado: hace 4 días
La campaña hortícola 2025 en el norte salteño cerró con un panorama crítico: miles de kilos de tomates quedaron sin cosechar en las fincas de Colonia Santa Rosa, epicentro de la producción regional.
La decisión no respondió a la falta de calidad de la fruta, sino a una ecuación económica insostenible: el costo de enviarla al mercado resultó mayor que abandonarla en los surcos.
“No es que cosechamos y tiramos. El costo de enviarlo es mucho más caro que dejarlo en el campo”, explicó el productor Fernando Ortiz en diálogo con Radio Salta, reflejando el desánimo generalizado en la zona.

Según los productores, el cajón de 20 a 22 kilos de tomate demanda entre $11.000 y $13.000 para producirlo. A ese gasto se suma la caja de madera, que en algunos casos llega a superar el valor de la fruta en sí. “Hoy cuesta más la caja que el tomate que va adentro. Es más caro el collar que el perro”, graficó Ortiz.
La bronca crece cuando se observa la brecha con las góndolas: un kilo de tomate en los supermercados se comercializa casi al mismo precio que lo que recibe el productor por 20 kilos en finca. La cadena de intermediación absorbe el esfuerzo de los trabajadores rurales, mientras el consumidor paga precios altos y el productor se hunde en pérdidas.
Contrabando desde Bolivia y falta de controles
Otro de los factores que golpea a la economía regional es el ingreso irregular de mercadería desde Bolivia. Aunque en los últimos meses se intensificaron los controles de Gendarmería, los esfuerzos están enfocados en el narcotráfico y no en la frontera comercial.
“Desde Bolivia no solo entran electrodomésticos, también tomate, huevos y otros productos. La frontera es muy grande y difícil de controlar”, señaló Ortiz.
Según el productor, el problema no radica en la mercadería que ingresa de manera legal y registrada, sino en el contrabando que desbalancea los precios internos y desalienta la producción local.

A la presión de costos y del contrabando se suma la falta de poder adquisitivo de los consumidores. “La gente no tiene dinero en el bolsillo y le cuesta comprar”, reconoció Ortiz. Además, las bajas de precio en origen no llegan a las familias, ya que la reducción se diluye en la cadena de comercialización.
La campaña 2025 se encuentra prácticamente concluida en la región. “Estamos en un 90% de finalización. Algunos productores ya terminaron, otros están en el último tramo. La Fiesta del Tomate, que se hace el 30 de agosto, siempre marca el cierre de campaña y este año llegamos con la producción perdida”, admitió Ortiz.