Circunvalación: denuncian impacto ambiental por la tala de más de siete hectáreas de parque histórico

Mientras avanza la construcción de la circunvalación, desde la Comisión de Ecología y Ambiente advierten por la tala de más de siete hectáreas de un parque implantado en los años 80 y recuerdan que hubo planteos previos para evitar el daño ambiental.

Mientras la obra de la circunvalación continúa su marcha, comienzan a visibilizarse los primeros cuestionamientos por su impacto ambiental. Desde sectores vinculados a la ecología y el ambiente alertan que el daño comenzó “desde el primer día”, con la eliminación de una extensa superficie verde que había sido pensada como parque urbano hace más de cuatro décadas.

Según explicó el ingeniero Horacio Deyong, integrante de la Comisión de Ecología y Ambiente, durante el inicio de los trabajos se desmontaron más de siete hectáreas de un parque que había sido forestado en la década del 80. En ese espacio había pinos de distintas especies, cedros y aguaribay, implantados con un criterio ambiental y urbano que buscaba preservar un pulmón verde para la ciudad.

“Ese parque se hizo con la idea de que no se transformara en una ruta, sino que quedara como espacio verde”, recordó Deyong.

Además de la tala, el ingeniero remarcó otros impactos asociados a la obra, como el aumento del ruido, la circulación de vehículos y la emisión de gases, factores que afectan directamente la calidad de vida de los barrios cercanos.

El reclamo no es nuevo. Desde la comisión señalan que hace al menos seis años se había presentado una propuesta alternativa: una variante de la traza que evitara atravesar el parque y también alejara el tránsito pesado de las zonas urbanizadas hacia el oeste.

“Ese planteo se hizo ante el Concejo Deliberante y la Municipalidad, pero no fue escuchado. El tiempo pasó y la decisión ya estaba tomada”, cuestionó.

Otro punto crítico es el compromiso de reforestación. Si bien los pliegos suelen exigir que por cada árbol retirado se planten varios nuevos, desde el sector ambiental advierten que no alcanza con plantar: es necesario un cuidado sostenido durante años para garantizar la supervivencia de las especies.

“Las empresas muchas veces esquivan esa responsabilidad. No es solo plantar, es mantener”, subrayó Deyong, al recordar experiencias pasadas donde sí hubo seguimiento y reposición de plantas dañadas.

El debate vuelve a poner sobre la mesa una discusión de fondo que atraviesa a muchas ciudades del interior: cómo compatibilizar obras de infraestructura consideradas estratégicas con la preservación ambiental y la planificación urbana.

Con la obra en marcha, los cuestionamientos anticipan posibles nuevos reclamos y pedidos de revisión sobre el modo en que se ejecutan este tipo de proyectos y el lugar que ocupa el ambiente en las decisiones de desarrollo.