Avanza la carne importada: cortes de Brasil empiezan a llegar a las carnicerías argentinas
- Telediario Digital

- 13 nov
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Con un mercado local desabastecido y precios en alza, Mendoza empieza a recibir bife ancho y otros cortes vacunos provenientes de Brasil, hasta 30% más económicos. El fenómeno expone la fragilidad de la producción nacional y abre un debate sobre federalismo productivo, competitividad y dependencia externa.

La importación de carne desde Brasil, que hace unos meses parecía un escenario hipotético, ya es un hecho concreto en Mendoza. Con precios de la hacienda en alza, una demanda fluctuante y una oferta debilitada por la falta de terneros, los primeros contenedores con cortes brasileños comenzaron a llegar a la provincia con valores hasta 20% y 30% más bajos que los argentinos. En los próximos días, ingresarán entre tres y cuatro contenedores adicionales como parte de una operación de Minerva Foods, grupo propietario del frigorífico Swift.
Según la Cámara de Industriales de la Carne, el proceso comenzó con la importación de bondiola de cerdo aprovechando excedentes productivos del país vecino. Ese corte, por ejemplo, cuesta entre $4.700 y $5.500 + IVA, muy por debajo de los casi $10.000 que se pagan por el producto argentino. La diferencia de precios es tan grande que habilitó la llegada de carne vacuna para abastecer carnicerías y restaurantes mendocinos.

Los frigoríficos brasileños trabajan con animales de más de 600 kilos, lo que genera cortes anatómicamente más grandes, especialmente buscados en el canal gastronómico. Si una res argentina rinde 6 kilos de nalga, la importada puede ofrecer 10. Un elemento que, sumado al precio, hace más competitiva a la carne brasileña en un mercado golpeado por costos crecientes y un consumo interno estancado.
Para Mauricio Cicconi, jefe comercial de Swift en Cuyo, la decisión de ingresar la mercadería responde a que “el negocio de la carne se divide en semestres, y en el segundo siempre falta hacienda”. Además, el precio argentino se ve condicionado por un dólar que, si sube, achica la brecha con la importada; y si baja, la amplía. El bife ancho brasileño ya se vende a $14.000 el kilo, unos $4.000 menos que su equivalente nacional.
Mientras tanto, los precios locales continúan escalando. Desde el fin de semana, las carnicerías mendocinas remarcaron cerca de 7% promedio: el asado más demandado pasó de $15.000 a $16.000. El matarife Edgardo Fretes atribuye la suba a tres factores: lluvias que atrasaron la salida de ganado, una demanda internacional muy fuerte —especialmente desde Estados Unidos— y la falta estructural de terneros para engorde.

El contexto expone un problema federal y de fondo: la Argentina tiene hoy el mismo stock ganadero que en 1978, pero con el doble de población. Esa ecuación, graficada por el dirigente José Rizzo, es la que deja al país vulnerable frente a picos de demanda o baja oferta.
Si la importación llegó para quedarse es aún incierto. Por ahora, Swift proyecta su plan comercial a un año. Pero el sector admite que recuperar la faena local llevará tiempo: engordar terneros de 350 a 500 kilos, aumentar el stock y lograr una oferta sostenible. Hasta entonces, la carne extranjera seguirá presionando el mercado interno y profundizando la discusión sobre competitividad y abandono histórico de las economías regionales.




