A 30 años del atentado , el relato de una madre que escapó de las bombas con su bebé en brazos
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Actualizado: hace 2 días
Shirley Rivarola tenía dos hijas pequeñas cuando las explosiones sacudieron Río Tercero el 3 de noviembre de 1995. Su huida quedó registrada en uno de los videos más impactantes de aquella jornada.

Casi tres décadas después del atentado que devastó Río Tercero, Shirley Rivarola vuelve a ponerle voz a una imagen que recorrió el país: la de una madre corriendo entre el humo y los escombros con su bebé en brazos. Esta nota es una nota de archivo de Telediario realizada en 2022.
Tenía dos hijas, una de apenas un mes y otra de dos años y medio, cuando la Fábrica Militar comenzó a explotar. “Estaba en mi casa, vi un hilo de humo por la ventana y pensé que estaban quemando algo. En segundos, todo voló por el aire. La primera explosión me dejó sin vidrios. La segunda me tiró al suelo con mi bebé en brazos”, recordó.
“Me quedé paralizada, sin saber a dónde ir. Hasta que ocurrió un milagro. Siempre digo que fue un milagro. Un reportero local y su equipo me rescataron entre el humo. Si no pasaban por ahí, no sé qué hubiera sido de nosotras.”
Shirley contó que la ciudad parecía de noche, con un calor sofocante y un sonido constante de silbidos: “Yo decía que eran palitos que caían, pero eran esquirlas. Era como una película de guerra. No entendía nada”.
La mujer fue trasladada junto a sus hijas a un lugar seguro y luego evacuada a Embalse, donde permaneció varias semanas. “Quedé muy mal psicológicamente. Mis hijas también. Durante años no pude dormir bien. Mi hija mayor, cuando escucha sirenas o explosiones, se pone mal. Es algo que no se supera nunca”, confesó.
Con el tiempo, Rivarola regresó a Río Tercero. La familia logró reconstruir la casa destruida gracias a un préstamo de la Fábrica Militar. “Volví a vivir en el mismo lugar. Era como una necesidad. Fue duro, y sigue siéndolo. Pero agradezco estar viva y tener a mis hijas. Hay heridas que no se cierran.”

Su historia, símbolo del dolor de toda una ciudad, se revive en cada aniversario y en cada acto por la memoria. A partir de 2026, los alumnos de todas las escuelas de Córdoba estudiarán el atentado como parte de los contenidos oficiales, en cumplimiento de la Ley Provincial 11.003, que busca mantener viva la memoria colectiva de una tragedia que marcó a generaciones.
“Agradezco a Dios por haberme dejado vivir —dice Shirley—, pero hay cosas que no se olvidan nunca.”




