Primera parte
Lo dijo Amelio Cafaratti, propietario de Producir SA, en un extenso diálogo con Telediario. Habló de la situación económica de la empresa, el sospechoso incendio en la planta en La Carlota y del litigio judicial con el prestamista Leonardo Passarini. Aseguró que no tiene temor de lo que pueda pasar y que seguirá vivienda en Carnerillo. «Si algo más grave pasaba, lamentablemente hubiéramos tenido un cargo de conciencia porque por culpa nuestra ó por lo que sea, hubiéramos cargado con esto», expresó.
Amelio Cafaratti llegó a medio tarde a las oficinas de Producir Sociedad Anónima en una camioneta importada Jeep, color negro. Saludó afectuosamente a su nuera y envuelto en una campera oscura recorrió a paso cansado el interior de la sede. El lugar es solo un resabio de la explosión. No hay ventanas ni puertas en pie. Los vidrios siguen esparcidos sobre el suelo ennegrecido y hay vestigios de esquirlas enclavados sobre la pared. El marco que sostiene la pared de ingreso parece a punto de caer y todavía se pueden encontrar restos del bolso azul que contenía el material explosivo. Solo un Llamador de Angeles, curiosamente ubicado algunos centímetros por encima del lugar del estallido, permanece inalterable con la sola contención de un clavo.
Don Amelio recordó los años en que un centenar de obreros convertían a la empresa en el símbolo de la productividad y la opulencia del campo. El tiempo, las crisis, los imprevistos y el dictamen de los prestámistas lo sometieron al infierno grande de las especulación en el pueblo chico que no deja de alarmarse.
– Desde el centro del Boulevard céntrico se puede observar que el daño alcanza a todos los comercios a la redonda…
– Si, desde la sede a 50 metros, por la onda expansiva, bajó todos los vidrios. Hay esquirlas que saltaron por los aires y podrían haber matado a cualquiera. Es tremendo lo que pasó. Había vidrios en toda la calle.
– Si alguien hubiese pasado por aquí se hubiera convertido en una víctima fatal…
– Con toda seguridad. Lamentablemente hubiéramos tenido un cargo de conciencia porque por culpa nuestra ó por lo que sea, hubiéramos cargado con la culpa. Esto me duele tremendamente, no puedo dejar de pensar en eso. Quiero taladrar a la conciencia que hizo esto, pienso en los que podrían haber pasado por aquí.
– ¿Hay un antecedente de un incendio en una celda de una planta en La Carlota que también podría haber sido un atentado?
– Ha pasado más de dos años de eso y no se llegó a una investigación, algo así como ahora. No descarto nada. Nos hemos preguntado muchas veces que pasó en aquel momento. No tenés elemento, no podés juzgar… desgraciadamente pasó y listo. La economía se quebrantó y comenzaron a entrar factores extraños a la empresa.
– ¿Llegaron las deudas y debieron recurrir a bancos prestamistas?
– Si, hemos llegado a cosas por corazonadas. Nos movía la idea de que en la próxima cosecha arreglábamos… y bueno.
– Cree que la demanda a Passarini, a quien le solicitaron un préstamo por más de 2 millones de dólares puede estar vinculada con este caso.
– Es un comentario que no solo nos afecta ahora que estamos en problemas. Hay mucha gente que dijo ya está y nosotros no. No puedo abrir juicios porque no tengo conocimiento.
– ¿La única demanda que tiene la empresa es en contra de Passarini?
– Si, es la única. Ahora estamos peleando y esperando que en estos días haya resoluciones.
– ¿Tienen temor a perder este capital de 47 millones de dólares que está en juego?
– Estaría perdido, si no hacemos nada estaría perdido. Hay cosas que están a favor a nuestro. Passarini ha dado muestras de que tuvo que retractarse. Estamos en la mano de la Justicia, no podemos tomar decisiones.
– ¿Cuánto hace que no tienen contacto con Passarini?
– Hace un año y pico. No hablamos más, solo a través de los abogados. Lo único que queremos es que se aclare esto para que 50 familias trabajen de esto. Tuvimos 100 tipos trabajando cuando producíamos plenamente en el procesado del maíz. Por ahí no ligamos… la huelga del campo nos impidió exportar y perdimos un contrato con Ucrania. Después vino la crisis europea. Algunos tenían más espalda y nosotros no pudimos.