Las familias, las víctimas invisibilizadas por la dictadura militar

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Susana Graciela Miranda era la pareja de Peco Duarte y mamá de Clarisa. Fue también víctima del terrorismo de Estado en la última Dictadura Militar. “La aparecida”, como la definió el capítulo de Alexis Oliva en su libro “La violencia nació conmigo”, no estuvo detenida en un campo de concentración pero sufrió todas las consecuencias psíquicas, físicas, emocionales y económicas que provocaron la persecución de la represión.
“Es importante demostrar el daño a la persona que queda. Mi mamá nunca dejó de buscar a mi papá después de su secuestro. Ella quedó con secuelas psiquiátricas que la acompañaron hasta el último día de su vida. No fue fácil para mí vivir como niña la desaparición de mi papá y ver a mi mamá en esa situación. La extensión del daño es lo que le pasó a mi mamá, aunque no haya un reconocimiento del Estado”, relató Clarisa en diálogo con Telediario Primera Edición.
La militante por los Derechos Humanos sostuvo que “a ella no le tocaron las cárceles de la dictadura, pero si un asilo interno”.
“Estuvo 4 años y medio sin salir de su casa. Estaba aterrorizada, no quería salir por miedo. La habían amenazado. Yo tenía apenas un año. Cuando todo ocurrió mi mamá tenía 18 años y esta realidad la hizo decaer. Tuvo que transitar por neuropsiquiátricos. Ella quería que yo siguiera la lucha de militante social de mi papá. Todo lo que hago es porque ella me lo inculcó. Sufrió mucho el exilio interno, muy poca gente sabía que ella estaba ahí, solo núcleo más intimo. Para la mayoría de la gente, ella estaba desaparecida también. En mi informe del jardín de infantes no aparecía mi mamá ni mi mamá. Yo no decía que ella estaba viva”, relató.
Y añadió: “Los familiares no se entregan al olvido, luchan por la permanencia de lo que no están. El mayor dolor de mi mamá fue haberse perdido mi infancia, no verme crecer. Siempre fuimos muy unidas, pero verla en esa situación en un psiquiátrico, cuando yo era una niña fue muy duro”.
“Mi mamá nunca tuvo un trabajo formal, no podía. En el año 1981 tuvo su primera internación en el Hospital de Río Cuarto y no estuvo bien. La trasladan a Córdoba pero no teníamos dinero. El único sustento era mi papá pero estaba desaparecido. Mi abuela hizo un esfuerzo tremendo para pagar los costos. Ella recuperó de a poco su vida por la ayuda de la familia, algunos amigos y organismos de Derechos Humanos, como Madres de Plaza de Mayo. La medicación era carísima y no podíamos solos”, subrayó.
Susana murió durante la pandemia por una enfermedad que la afectaba desde hacía muchos años. Durante el juicio por la megacausa de La Perla se determinó el lugar donde asesinaron a Peco y quienes fueron los responsables. El fiscal Facundo Trotta también solicitó la documentación que reveló el daño sobre la pareja del riocuartense desaparecido. Su familia espera por el reconocimiento y la Justicia que no pudo alcanzar en vida.

Dialogamos con Clarisa Duarte – Hija de Peco Duarte y Susana.

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