En los últimos días han tomado protagonismo preocupante postales frente a algunos rapipagos de la ciudad donde se presentan largas colas de gente que espera hasta tres horas para poder pagar los servicios. La situación alarma porque un gran porcentaje de la población se expone a esta situación por temor a que los servicios básicos como la luz o el gas sean cortados o que, en su defecto, en próximas facturas se les asigne un monto de interés considerable.
¿Por qué solo algunos comercios de pago fácil o rapipagos están abiertos? Dialogamos con Walter Garello, Empresario del rubro, que señala que existe una situación arbitraria en las habilitaciones, ya que los locales que están exceptuados son porque poseen kiosco, pero a su vez esto genera una competencia desleal para los otros centros de pago de servicios que no disponen de esa opción.
